Página 16 - El otro Poder (1996)

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El otro Poder
un tiempo muy solemne. Soliciten nuestros redactores artículos que
ofrezcan experiencias vivas. Consideren los ministros que es parte
de su tarea enviar artículos breves con su experiencia para nuestras
publicaciones periódicas. Será alimento para los que trabajan en
lugares aislados, en países extranjeros y en las islas del mar, y oír así
de los amigos con quienes han estado asociados. Estas experiencias
pueden ser para los lectores como un ágape, por cuanto los escritores
han estado comiendo del pan que desciende del cielo.
No necesitamos romances, porque en la vida diaria nos encon-
tramos con experiencias reales que, si se las presentara en forma
de artículos breves y con palabras sencillas, ayudarían a muchos.
Prueben hacer esto los ministros. Queremos la verdad, la verdad
sólida de hombres, mujeres y jóvenes firmes y consagrados. Ustedes
que aman a Dios, cuyas mentes están aprovisionadas con preciosos
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trozos de experiencia, y con las vivientes realidades de la vida eterna,
enciendan la llama del amor y la luz en los corazones del pueblo de
Dios. Ayúdenlos a sobrellevar los problemas de la vida.
Una pluma controlada por el Espíritu Santo
—La palabra y
la pluma han de estar bajo el control del Espíritu Santo. Si no sucede
así con los escritores de nuestras publicaciones, sería mejor que
dejaran la pluma a un lado y se ocuparan en otro tipo de trabajo.
Dios nos llama al monte para hablar con él y, cuando por fe con-
templemos al Invisible, nuestras palabras no serán descuidadas ni
comunes. El espacio de nuestras revistas es demasiado precioso para
ser llenado con artículos que no sean los mejores. Llénenlos con
temas cargados de intereses eternos. No pongan la zaranda muy alta
para la mente de la gente común. Que los artículos sean escritos
con una sencillez como la de Cristo, libres de paja y hojarasca, que
se consumirán por inservibles. Dios requiere plumas consagradas.
Los artículos publicados en nuestros periódicos deberían estar llenos
de pensamientos prácticos, elevadores y ennoblecedores, que ayu-
den, enseñen y fortalezcan la mente de quien los lea. Dios ayude a
nuestros redactores a escoger sabiamente...—
Manuscrito 80, 1899
.
Artículos espirituales
versus
noticias actuales
—No es la ta-
rea de ninguno de los mayordomos de Dios exaltar a ningún ser
humano, vivo o muerto. Dios no nos ha pedido que proclamemos
ese mensaje. Todos los que por la pluma o por la voz se presentan
delante del público deben haberse desprovisto de toda inclinación
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