Página 58 - El otro Poder (1996)

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El otro Poder
de vista de sus hermanos, y se introducirá un estado de cosas que
ustedes ni sueñan.
[77]
Diferencias en puntos menores
—Mi esposo tuvo algunas ideas
que en ciertos puntos diferían de las de sus hermanos. Me fue
mostrado que por correctos que fueran sus puntos de vista, Dios no
le pedía que los expusiera ante sus hermanos y creara diferencias
de ideas. Aunque él tenía dominio sobre sus puntos de vista, una
vez que fueran publicados, las mentes los captarían a su manera y,
quienes pensaran en forma diferente, pondrían en esas diferencias
toda la carga de su mensaje, produciendo contienda y confusión.
Hay pilares fundamentales de nuestra fe, temas que son de vital
interés, como el sábado y la observancia de los mandamientos de
Dios. Las ideas especulativas no deberían ser promovidas porque
hay mentes singulares que gustan poner énfasis en algún punto que
los otros no aceptan, y discuten y atraen toda la atención a ese punto
destacándolo y magnificándolo, cuando realmente es un asunto que
no tiene importancia vital y siempre será comprendido desde ángulos
diferentes. Dos veces me fue mostrado que todo lo que sea de un
carácter que aleje a nuestros hermanos de los puntos esenciales para
este tiempo, debería quedar en segundo plano.
Cristo no reveló muchas cosas que eran verdad, porque habrían
creado diferencias de opinión y producido disputas. Pero hay jóvenes
que no pasaron por las experiencias que nosotros hemos tenido, y
podrían tener choques. Quizá nada les gustaría más que tener una
fuerte discusión.
Si estas cosas entran en nuestros congresos y asambleas, rehu-
saría asistir a ellas; porque he tenido tanta luz sobre este tema que
sé que corazones no consagrados ni santificados gozarían con esta
clase de ejercicio. Es demasiado tarde hermanos, demasiado tarde.
[78]
Estamos en el gran Día de la Expiación, ocasión cuando el hombre
debe estar afligiendo su vida, confesando sus pecados, humillando
su corazón ante Dios y preparándose para el gran conflicto. Cuando
estas discusiones llegan ante el pueblo, algunos pensarán que un her-
mano tiene la razón, y otros pensarán que la razón la tienen quienes
se oponen. La gente queda confundida y el congreso será totalmente
inútil, peor que si no hubiera habido reunión.