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El otro Poder
deben contener instrucción más preciosa que la que aparece en las
publicaciones comunes. “¿Qué tiene que ver la paja con el trigo?”
Jeremías 23:28
. Necesitamos trigo puro, cabalmente aventado.
“Jehová me dijo de esta manera con mano fuerte, y me enseñó
que no caminase por el camino de este pueblo, diciendo: No llaméis
conspiración a todas las cosas que este pueblo llama conspiración;
ni temáis lo que ellos temen, ni tengáis miedo. A Jehová de los
ejércitos, a él santificad; sea él vuestro temor, y él sea vuestro miedo...
Ata el testimonio, sella la ley entre mis discípulos... ¡A la ley y al
testimonio! Si no dijeren conforme a esto, es porque no les ha
amanecido”.
Isaías 8:11-20
.
[91]
Llamo la atención de todos nuestros obreros al capítulo 6 de
Isaías. Lean lo que experimentó el profeta de Dios cuando vio al
Señor “sentado sobre un trono alto y sublime, y sus faldas llenaban
el templo... Entonces dije: ¡Ay de mí! que soy muerto; porque siendo
hombre inmundo de labios, y habitando en medio de pueblo que
tiene labios inmundos, han visto mis ojos al Rey, Jehová de los
ejércitos. Y voló hacia mí uno de los serafines, teniendo en su mano
un carbón encendido, tomado del altar con unas tenazas; y tocando
con él sobre mi boca, dijo: He aquí que esto tocó tus labios, y es
quitada tu culpa, y limpio tu pecado. Después oí la voz del Señor,
que decía: ¿A quién enviaré, y quién irá por nosotros? Entonces
respondí yo: Heme aquí, envíame a mí”.
Isaías 6:1-8
.
Tal es la experiencia que necesitan los que trabajan en todas
nuestras instituciones. Existe el peligro de que no mantengan una
relación vital con Dios, que no sean santificados por la verdad. Esto
les haría perder el sentido del poder de la verdad y la capacidad de
discernir entre lo sagrado y lo común.
Alimento a su tiempo
—Hermanos míos que ocupáis puestos de
responsabilidad, ¡ojalá que el Señor no sólo unja vuestros ojos para
que vean, sino que derrame en vuestro corazón el aceite santo que
fluye de las dos olivas por conductos de oro al recipiente de oro que
alimenta las lámparas del santuario! ¡Ojalá que él “os dé espíritu de
sabiduría y de revelación en el conocimiento de él; alumbrando los
ojos de vuestro entendimiento, para que sepáis cuál es la esperanza a
que él os ha llamado... y cuál la supereminente grandeza de su poder
para con nosotros los que creemos”!
Efesios 1:17-19
.
[92]