Página 67 - El otro Poder (1996)

Basic HTML Version

Capítulo 12—Consejos para los redactores
“Te he puesto por atalaya”
—La responsabilidad que recae
sobre nuestras casas editoras es solemne. Los que dirigen estas
instituciones, los que redactan las revistas y preparan los libros,
alumbrados como están por la luz del plan de Dios y llamados a
amonestar al mundo, son tenidos por responsables de las vidas de
sus semejantes. A ellos, como a los predicadores de la Palabra, se
aplica el mensaje dado antaño por Dios a su profeta: “A ti, pues,
hijo de hombre, te he puesto por atalaya a la casa de Israel, y oirás
la palabra de mi boca, y los amonestarás de mi parte. Cuando yo
dijere al impío: Impío, de cierto morirás; si tú no hablares para que
se guarde el impío de su camino, el impío morirá por su pecado, pero
su sangre yo la demandaré de tu mano”.
Ezequiel 33:7, 8
.—
Joyas
de los Testimonios 3:142 (1902)
.
Lo sagrado y lo común
—Es necesario distinguir la obra del
Señor de los asuntos comunes de la vida. El dice: “Volveré mi mano
contra ti, y limpiaré hasta lo más puro tus escorias, y quitaré toda tu
impureza. Restauraré tus jueces como al principio, y tus consejeros
[90]
como eran antes; entonces te llamarán Ciudad de justicia, Ciudad fiel.
Sion será rescatada con juicio, y los convertidos de ella con justicia”.
Isaías 1:25-27
. Estas palabras rebosan de importancia. Encierran
una lección para todos los que ocupan un sillón de redactor.
Las palabras de Moisés poseen un significado profundo. “Nadab
y Abiú, hijos de Aarón, tomaron cada uno su incensario, y pusieron
en ellos fuego, sobre el cual pusieron incienso, y ofrecieron delante
de Jehová fuego extraño, que él nunca les mandó. Y salió fuego
de delante de Jehová y los quemó, y murieron delante de Jehová.
Entonces dijo Moisés a Aarón: Esto es lo que habló Jehová, diciendo:
En los que a mí se acercan me santificaré, y en presencia de todo el
pueblo seré glorificado”.
Levítico 10:1-3
. Este pasaje encierra una
lección para todos los que tienen que ver con el material que sale
de nuestras editoriales. Las cosas sagradas no han de ser mezcladas
con las comunes. Las revistas que tienen tan amplia circulación
63