Página 66 - El otro Poder (1996)

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El otro Poder
cumpliendo su deber y entregando al rebaño de Dios alimento a su
tiempo...
Un mensaje sincero
—Cuando nos demos un banquete de la
Palabra de Dios, por causa de la preciosa luz que recogemos de ella,
presentémosla a otros para que también puedan gozarse con nosotros.
Que esa comunicación sea espontánea y sincera. Podemos atender
mejor a la gente donde se encuentra, en vez de buscar palabras
elevadas que lleguen al tercer cielo. La gente no está allá, sino
precisamente aquí, en este mundo afligido, pecaminoso y corrupto,
luchando contra las severas realidades de la vida.
Cristo no vino para ser servido, sino para servir. El fue nuestro
ejemplo, y Dios nos ha asignado nuestra obra: servir a las necesi-
dades de otros, de acuerdo con la capacidad que nos ha dado. Al
usar esta capacidad de la mejor manera posible, ella aumentará. Los
que hacen todo lo que pueden con lo que Dios les ha confiado, y
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depositan todo el peso sobre él, tendrán fortaleza cuando ella sea
necesaria. Al actuar así, le damos lugar a Dios para trabajar por
nosotros; para enseñarnos, conducirnos, impresionarnos y hacernos
canales mediante los cuales su luz puede ser comunicada a muchos
otros que están en las tinieblas.—
The Review and Herald, 5 de enero
de 1869
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