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El otro Poder
magos reconocieron su ignorancia respecto de la Luz antes que el
Señor les revelara su suprema sabiduría. Dios mostró que la sabidu-
ría de los agentes humanos que malversaron los talentos que él les
había dado era necedad.
“Así dijo Jehová: No se alabe el sabio en su sabiduría, ni en
su valentía se alabe el valiente, ni el rico se alabe en sus riquezas.
Mas alábese en esto el que se hubiere de alabar: en entenderme
y conocerme, que yo soy Jehová, que hago misericordia, juicio y
justicia en la tierra; porque estas cosas quiero, dice Jehová. He aquí
que vienen días, dice Jehová, en que castigaré a todo circuncidado,
y a todo incircunciso”.
Jeremías 9:23-25
.
Todos los que se unan para alabar, honrar y glorificar a quie-
nes han alzado la bandera de Satanás, están luchando contra Dios.
Nuestra obra ahora es la de iluminar al mundo, en lugar de dar un
mensaje de paz y seguridad. Se ha puesto un estandarte en nuestras
manos sobre el que está escrito: “Aquí está la paciencia de los san-
tos, los que guardan los mandamientos de Dios y la fe de Jesús”.
Apocalipsis 14:12
. Este es un mensaje claro que produce separación,
un mensaje que debe darse con un sonido certero. Ha de alejar a la
gente de las cisternas rotas que no contienen agua de la fuente de
agua viva.—
Carta 60, 1898
.
Los hábitos de salud del redactor
—La temperancia estricta
en el comer y el beber es altamente esencial para la sana conserva-
ción y el ejercicio vigoroso de todas las funciones del cuerpo. Los
hábitos estrictamente temperantes, combinados con el ejercicio de
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los músculos y de la mente, conservarán el vigor mental y físico y
darán fuerza y resistencia a los que se dedican al ministerio, a los
redactores, y a todos aquellos cuyos hábitos sean sedentarios. Como
pueblo, a pesar de que profesamos practicar la reforma pro salud,
comemos demasiado. La complacencia del apetito es la causa más
importante de la debilidad física y mental y es el cimiento de la
flaqueza que se nota por doquier.—
Joyas de los Testimonios 1:417
(1875)
.
La importancia del ejercicio
—Hay hombres y mujeres de ex-
celentes aptitudes naturales que, por no dominar sus apetitos, no
realizan la mitad de lo que son capaces de hacer. En esto pecan
muchos escritores y oradores. Después de comer mucho, se entregan
a sus ocupaciones sedentarias, leyendo, estudiando o escribiendo,