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La Oración
enfrentar el deber y la prueba. Cada día cumplía sus deberes tratando
de salvar almas. Su corazón estaba lleno de tierna simpatía por los
fatigados y cansados. Dedicó noches enteras a orar en favor de
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los tentados... La oración precedía y santificaba cada acto de su
ministerio...
Las noches dedicadas a la oración que el Salvador empleó en la
montaña o en el desierto, eran esenciales a fin de prepararlo para las
pruebas que tendría que enfrentar en los días sucesivos. Sentía la
necesidad de refrigerar y vigorizar el alma y el cuerpo, para poder
encarar las tentaciones de Satanás; y los que estén tratando de vivir
su vida sentirán la misma necesidad.—
¡Maranata: el Señor Viene!,
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.
Mientras que Jerusalén estaba sumida en el silencio, y los dis-
cípulos habían vuelto a sus hogares a buscar el reposo del sueño,
Jesús no dormía. Sus súplicas divinas ascendían delante de su Padre
por sus discípulos, para que fueran guardados de las influencias del
mal que debían encontrar diariamente en el mundo, y que su propia
alma fuera preparada y fortalecida para los deberes y pruebas del
siguiente día.—
The Review and Herald, 17 de agosto de 1886
.
La oración vivificaba a Jesús
Pasaba los días socorriendo a las multitudes que se aglomeraban
en derredor suyo y revelando los arteros sofismas de los rabinos.
Esta labor incesante lo dejaba a menudo tan exhausto que su madre
y sus hermanos, y aun sus discípulos, temían que perdiera la vida.
Pero cuando regresaba de las horas de oración con que clausuraba el
día de labor, notaban la expresión de paz en su rostro, la sensación
de refrigerio que parecía irradiar de su presencia. Salía mañana tras
mañana, después de las horas pasadas con Dios, a llevar la luz de los
cielos a los hombres.—
El Discurso Maestro de Jesucristo, 88
.
La oración sustentaba la vida espiritual de Jesús
No solo en la cruz se sacrificó Cristo por la humanidad. Cuando
“anduvo haciendo bienes”, su experiencia cotidiana era un derrama-
miento de su vida. Solo de un modo se podía sostener semejante
vida. Jesús vivió dependiendo de Dios y de su comunión con él. Los