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La Oración
en mi nombre”. Explicó que el secreto de su éxito consistiría en
pedir fuerza y gracia en su nombre. Estaría delante del Padre para
pedir por ellos. La oración del humilde suplicante es presentada por
él como su propio deseo en favor de aquella alma. Cada oración
sincera es oída en el cielo. Tal vez no sea expresada con fluidez; pero
si procede del corazón ascenderá al Santuario donde Jesús ministra,
y él la presentará al Padre sin balbuceos, hermosa y fragante con el
incienso de su propia perfección.—
El Deseado de Todas las Gentes,
620
.
Los discípulos habían de realizar su obra en el nombre de Cristo.
Todas sus palabras y hechos habían de llamar la atención al poder
vital de su nombre para salvar a los pecadores. Su fe habría de
concentrarse en Aquel que es la fuente de la misericordia y el poder.
[261]
En su nombre habían de presentar sus peticiones ante el Padre, y
recibirían respuesta. Habían de bautizar en el nombre del Padre,
del Hijo y del Espíritu Santo. El nombre de Cristo había de ser su
consigna, su divisa distintiva, su vínculo de unión, la autoridad para
su curso de acción y la fuente de su éxito.—
Los Hechos de los
Apóstoles, 23
.
En él vi un arca, cuya cubierta y lados estaban recubiertos de oro
purísimo. En cada extremo del arca había un hermoso querubín con
las alas extendidas sobre el arca. Sus rostros estaban frente a frente
uno de otro, pero miraban hacia abajo. Entre los dos ángeles había
un incensario de oro, y sobre el arca, donde estaban los ángeles,
una gloria en extremo esplendorosa que semejaba un trono en que
moraba Dios. Junto al arca estaba Jesús, y cuando las oraciones de
los santos llegaban a él, humeaba el incienso del incensario, y Jesús
ofrecía a su Padre aquellas oraciones con el humo del incienso.—
Primeros Escritos, 32
.
Qué significa orar en el nombre de Jesús
Orar en nombre de Cristo significa mucho. Significa que hemos
de aceptar su carácter, manifestar su espíritu y realizar sus obras.
La promesa del Salvador se nos da bajo cierta condición. “Si me
amáis—dice—, guardad mis mandamientos”. Él salva a los hombres
no en el pecado, sino del pecado; y los que le aman mostrarán su
amor obedeciéndole.—
El Deseado de Todas las Gentes, 621
.