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Orar en el nombre de Jesús
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Señor exactamente lo que necesitamos, con la sencillez de un niño.
Podemos exponerle nuestros asuntos temporales, y suplicarle pan
y ropa, así como el pan de vida y el manto de la justicia de Cristo.
Nuestro Padre celestial sabe que necesitamos todas estas cosas, y
nos invita a pedírselas. En el nombre de Jesús es como se recibe todo
favor. Dios honrará ese nombre y suplirá nuestras necesidades con
las riquezas de su liberalidad.—
El Discurso Maestro de Jesucristo,
112, 113
.
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No solamente debemos orar en el nombre de Cristo, sino por la
inspiración del Espíritu Santo. Esto explica lo que significa el pasaje
que dice que “el mismo Espíritu pide por nosotros con gemidos
indecibles”. Dios se deleita en contestar tal oración. Cuando con
fervor e intensidad expresamos una oración en el nombre de Cristo,
hay en esa misma intensidad una prenda de Dios que nos asegura que
él está por contestar nuestra oración “mucho más abundantemente
de lo que pedimos o entendemos”.
Cristo dijo: “Todo lo que orando pidiereis, creed que lo recibiréis,
y os vendrá”. “Todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, esto
haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo”. Y el amado Juan,
por la inspiración del Espíritu Santo, dice con gran claridad y certeza:
“Si demandáremos alguna cosa conforme a su voluntad, él nos oye.
Y si sabemos que él nos oye en cualquier cosa que demandáremos,
sabemos que tenemos las peticiones que le hubiéremos demandado”.
Presentad, pues, vuestra petición ante el Padre en el nombre de Jesús.
Dios honrará tal nombre.—
Palabras de Vida del Gran Maestro, 113,
114
.
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