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La Oración
corazón y con palabras de gozo y de ánimo para la esposa y los hijos,
quienes lo esperan para darle gozosamente la bienvenida. Cuando
se arrodilla con su familia en el altar de la oración, para ofrecer su
agradecimiento a Dios por su cuidado protector derramado sobre él
y sobre sus seres amados durante todo el día, los ángeles de Dios
están en la habitación y llevan al cielo las fervorosas oraciones de
los padres que temen a Dios, como un suave incienso, las cuales son
contestadas por medio de nuevas bendiciones.—
Mensajes Selectos
2:504
.
Los ángeles escuchan las plegarias expresadas con fe y llevan
las peticiones a Jesús, que está ministrando en el Santuario celestial
para abogar en nuestro favor. La oración sincera se apodera de
la omnipotencia que nos concede la victoria. Sobre las rodillas el
cristiano obtiene la fortaleza para resistir la tentación.—
Recibiréis
Poder, 140
.
Dios no abandona a sus hijos que se descarrían, que son débiles
en la fe y que cometen muchas faltas. El Señor presta oídos y escucha
[303]
sus oraciones y testimonios. Los que contemplan a Jesús día tras
día y hora tras hora, que velan en oración, se están acercando a
Jesús. Ángeles con las alas desplegadas esperan para llevar sus
oraciones contritas a Dios y para registrarlas en los libros del cielo.—
Comentario Bíblico Adventista 4:1205
.
Los ángeles esperan para responder a nuestras oraciones
En el cuidado del enfermo frecuentemente se da mucha atención
a asuntos menores, mientras se olvida la necesidad que los pacientes
tienen de las grandes verdades del evangelio, que son poderosas
para sanar y que se debieran suministrar tanto al alma como al
cuerpo. Cuando dejáis de ofrecer una oración por los enfermos, los
estáis privando de grandes bendiciones; pues los ángeles de Dios
están esperando para auxiliar a estas almas en respuesta a vuestras
peticiones.—
El ministerio médico, 255
.
Antes de salir de la casa para ir a trabajar, toda la familia debe ser
convocada y el padre, o la madre en ausencia del padre, debe rogar
con fervor a Dios que los guarde durante el día. Acudid con humil-
dad, con un corazón lleno de ternura, presintiendo las tentaciones y
peligros que os acechan a vosotros y a vuestros hijos, y por la fe atad