Página 286 - La Oraci

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Capítulo 27—Satanás y la oración
Satanás intenta obstruir nuestras oraciones para impedir
nuestro acceso a Dios
Las tinieblas del malo cercan a aquellos que descuidan la ora-
ción. Las tentaciones secretas del enemigo los incitan al pecado;
y todo porque no se valen del privilegio que Dios les ha concedi-
do de la bendita oración. ¿Por qué han de ser los hijos e hijas de
Dios tan remisos para orar, cuando la oración es la llave en la mano
de la fe para abrir el almacén del cielo, en donde están atesorados
los recursos infinitos de la Omnipotencia? Sin oración incesante
y vigilancia diligente, corremos el riesgo de volvernos indiferen-
tes y de desviarnos del sendero recto. Nuestro adversario procura
constantemente obstruir el camino al propiciatorio, para que no ob-
tengamos mediante ardiente súplica y fe, gracia y poder para resistir
a la tentación.—
El Camino a Cristo, 94
.
[320]
Hay un gran poder en la oración. Nuestro poderoso adversario
constantemente procura mantener lejos de Dios al alma turbada. Una
súplica elevada al cielo por el santo más humilde es más temible para
Satanás que los decretos gubernamentales o las órdenes reales.—
Comentario Bíblico Adventista 2:1002
.
El enemigo impide que muchos de ustedes oren, diciéndoles
que no sienten lo que oran, y que sería mejor que esperaran hasta
que adquieran más del espíritu de intercesión, de otra manera sus
oraciones serían una burla. Pero ustedes deben decirle a Satanás:
“Escrito está, que los hombres deben orar y no desmayar”. Debemos
orar hasta que tengamos el peso de nuestros deseos sobre nuestra
alma; y si perseveramos lo tendremos. El Señor nos imbuirá con su
Espíritu Santo. El Señor sabe, y el diablo sabe que no podemos resis-
tir las tentaciones de Satanás sin poder de lo alto. Por esta razón el
maligno busca impedir que nos aferremos de Aquel que es poderoso
para salvar. Nuestro Señor lo hizo nuestro deber, tanto como nuestro
privilegio, el conectar nuestra debilidad, nuestra ignorancia, nuestra
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