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Hombres y mujeres de oración
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para asegurar su libramiento. Así fue como anduvo Enoc con Dios.
Y Dios estaba con él, sirviéndole de fuerte auxilio en todo momento
de necesidad.—
Mensajes para los Jóvenes, 247
.
Las personas buscaban a Enoc para que orara por ellas
Enoc se convirtió en el predicador de la justicia e hizo saber al
pueblo lo que Dios le había revelado. Los que temían al Señor
buscaban a este hombre santo, para compartir su instrucción y sus
oraciones.—
Patriarcas y Profetas, 73
.
Mientras mayores eran sus labores, más fervientes eran sus
oraciones
—En medio de una vida de activa labor, Enoc mantenía
fielmente su comunión con Dios. Cuanto más intensas y urgentes
eran sus labores, tanto más constantes y fervorosas eran sus ora-
ciones. Seguía apartándose, durante ciertos lapsos, de todo trato
humano. Después de permanecer algún tiempo entre la gente, tra-
bajando para beneficiaria mediante la instrucción y el ejemplo, se
retiraba con el fin de estar solo para satisfacer su sed y hambre
de aquella divina sabiduría que sólo Dios puede dar.—
Patriarcas y
Profetas, 74
.
Abraham
Su oración diaria ascendía a Dios como un dulce incienso
La vida de Abraham, el amigo de Dios, fue una vida de oración.
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Dondequiera que levantase su tienda, construía un altar sobre el
cual ofrecía sacrificios, mañana y noche. Cuando él se iba, el altar
permanecía. Y al pasar cerca de dicho altar el nómada cananeo,
sabía quién había posado allí. Después de haber levantado también
su tienda, reparaba el altar y adoraba al Dios vivo.
Así es como el hogar cristiano debe ser: una luz en el mundo.
De él, mañana y noche, la oración debe elevarse hacia Dios como el
humo del incienso. En recompensa, la misericordia y las bendicio-
nes divinas descenderán como el rocío matutino sobre los que las
imploran.
Padres y madres, cada mañana y cada noche juntad a vuestros
hijos alrededor vuestro, y elevad vuestros corazones a Dios en hu-
mildes súplicas. Vuestros amados están expuestos a la tentación.
Hay dificultades cotidianas sembradas en el camino de los jóvenes y
de sus mayores. Los que quieran vivir con paciencia, amor y gozo