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Orando en el nombre de Jesús
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más que una mera mención de su nombre al principio y al fin de la
oración. Es orar con los sentimientos y el espíritu de Jesús, creyendo
en sus promesas, confiando en su gracia y haciendo sus obras.—
El
Camino a Cristo, 101
.
Dios nos invita a allegarnos a él en el nombre de Jesús
Somos invitados a venir, a pedir, a buscar, a llamar; y se nos asegura
que no acudiremos en vano. Jesús dice: “Pedid, y se os dará; buscad,
y hallaréis; llamad, y se os abrirá. Porque todo aquel que pide, recibe;
y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá”.
Mateo 7:7, 8
.
Al recordarnos cuán voluntario es un padre para conceder lo
pedido por su hijo, Cristo ilustra cuán dispuesto está Dios a ben-
decirnos. Dice: “¿Qué padre de vosotros, si su hijo le pide pan, le
dará una piedra? ¿O si pescado, en lugar de pescado, le dará una
serpiente? ¿O si le pide un huevo, le dará un escorpión? Pues si
vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos,
¿cuánto más vuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que
se lo pidan?”
Lucas 11:11-13
.
[222]
Nos allegamos a Dios en el nombre de Jesús por invitación
especial, y él nos da la bienvenida a su cámara de audiencia. Él
imparte al alma humilde y contrita aquella fe en Cristo por la cual
ella es justificada. Jesús disipa sus transgresiones como una nube
densa, y el corazón consolado exclama: “Cantaré a ti, oh Jehová;
pues aunque te enojaste contra mí, tu indignación se apartó, y me
has consolado”.
Isaías 12:1
.—
Consejos para Maestros, Padres y
Alumnos, 229
.
Oren tanto en el nombre de Jesús como también por la ins-
piración del Espíritu Santo
—Cuando con fervor e intensidad ex-
presamos una oración en el nombre de Cristo, hay en esa misma
intensidad una prenda de Dios que nos asegura que él está por contes-
tar nuestra oración “mucho más abundantemente de lo que pedimos
o entendemos”. No solamente debemos orar en el nombre de Cris-
to, sino por la inspiración del Espíritu Santo. Esto explica lo que
significa el pasaje que dice que “el Espíritu mismo intercede por
nosotros con gemidos indecibles”. Las peticiones deben ofrecerse
con fe ferviente. Entonces alcanzarán al trono de gracia. Persistid
incansablemente en la oración. Dios no dice: orad una vez, y os con-
testaré. Su palabra es: orad, sed constantes en la oración, creyendo