Dios nos invita a orar
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suplirá nuestras necesidades con las riquezas de su liberalidad.—
El
Discurso Maestro de Jesucristo, 112, 113
.
Pidamos y creamos
—Cuando pidáis a Dios que os ayude, hon-
rad a vuestro Salvador creyendo que recibís su bendición. Todo
poder y toda sabiduría están a nuestra disposición. No tenemos más
que pedir.
Andad siempre en la luz de Dios. Meditad día y noche en su
carácter. Entonces veréis su belleza y os alegraréis en su bondad.
Vuestro corazón brillará con un destello de su amor. Seréis levan-
tados como si os llevaran brazos eternos. Con el poder y la luz que
Dios os comunica, podéis comprender, abarcar y realizar más que lo
que jamás os pareció possible.—
El Ministerio de Curación, 412
.
Avancemos, confiemos en Dios
—Debemos animarnos mutua-
mente en esa fe viva que Cristo ha hecho accesible a todo creyente.
La obra debe hacerse a medida que el Señor prepara el camino.
Cuando conduce a los suyos por lugares difíciles, tienen la ventaja
de poder reunirse para orar, recordando que todas las cosas vie-
nen de Dios. Aquellos a quienes no les ha tocado todavía su parte
en las vicisitudes que acompañan a la obra en estos últimos días,
pronto tendrán que pasar por escenas que probarán fuertemente su
confianza en Dios. Cuando su pueblo no percibe ninguna salida, y
tienen delante de sí el Mar Rojo y a sus espaldas un ejército que lo
persigue, el Señor le dice: “¡Adelante!” Obra así para probar su fe.
Cuando os confronten tales circunstancias, id adelante, confiando en
Jesús. Andad paso a paso en el camino que os señala. Os sobreven-
drán pruebas, pero id adelante. Adquiriréis así una experiencia que
confirmará vuestra fe en Dios y os hará idóneos para servirle más
fielmente.—
Testimonios para la Iglesia 9:218
.
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