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Los ángeles y la oración
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¡Oh, si todos pudiéramos comprender la cercanía del cielo a la
tierra! Aunque los hijos nacidos en esta tierra no lo sepan, tienen
ángeles de luz como compañeros, porque los mensajeros celestiales
han sido enviados para administrar a aquellos que serán herederos
para salvación. Un silencioso testigo protege a toda alma viviente,
tratando de ganarla y conducirla hacia Cristo. Los ángeles nunca
abandonan a la persona tentada como presa del enemigo que des-
truirá las almas de los hombres si le es permitido hacerlo. Mientras
haya esperanza, mientras no resistan al Espíritu Santo para ruina
eterna, los hombres son guardados por las inteligencias celestiales.
¡Oh, si todos pudieran contemplar al precioso Salvador tal como
es, un Salvador! Dejemos que su mano aparte el velo que oculta su
gloria de nuestros ojos. Lo muestra en su exaltado y santo lugar.
¿Qué es lo que vemos? A nuestro Salvador, no en una posición de
silencio e inactividad. Está rodeado por las inteligencias celestiales,
querubines, serafines, y millares de millares de ángeles. Todos estos
seres celestiales tienen un objeto principal, en el cual están intensa-
mente interesados: su iglesia en este mundo de corrupción... Están
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trabajando para Cristo bajo sus órdenes, para salvar hasta el máximo
a aquellos que lo contemplan y creen en él.
Los ángeles celestiales están comisionados para vigilar a las
ovejas de los prados de Cristo. Cuando Satanás con sus trampas
sutiles, trata de engañar si es posible aun a los mismos escogidos,
estos ángeles ponen en operación influencias que salvarán a las
almas tentadas, si ellas escuchan la palabra del Señor, comprenden
el peligro y dicen: “No, yo no entraré en la senda de Satanás. Tengo
un Hermano mayor en el trono del cielo, que me ha mostrado que
tiene un tierno interés por mí, y yo no afligiré su corazón de amor”.
Puesto que vivimos en medio de esta fuerza opositora, debemos
llamar a nuestro lado, mediante el ejercicio de la fe y la oración, a
un séquito de ángeles celestiales, quienes nos protegerán de toda
influencia corruptora.—
Nuestra Elevada Vocación, 25
.
Los ángeles anotan nuestras oraciones y proveen auxilio
Cuando os levantáis por la mañana, ¿sentís vuestra impotencia y
vuestra necesidad de fuerza divina? ¿Y dais a conocer humildemen-
te, de todo corazón, vuestras necesidades a vuestro Padre celestial?
En tal caso, los ángeles notan vuestras oraciones, y si éstas no han
salido de labios fingidores, cuando estéis en peligro de pecar in-