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La Oración
conscientemente y de ejercer una influencia que induciría a otros
a hacer el mal, vuestro ángel custodio estará a vuestro lado, para
induciros a seguir una conducta mejor, escoger las palabras que ha-
béis de pronunciar, y para influir en vuestras acciones.—
Joyas de
los testimonios 1:347, 348
.
Dios envía refuerzos de ángeles para auxiliarnos en respues-
ta a la oración
—Si Satanás ve que corre peligro de perder un alma,
hace cuanto puede para conservarla. Y cuando la persona llega a
darse cuenta del peligro que corre, y con angustia y fervor busca for-
taleza en Jesús, Satanás teme perder un cautivo, y llama un refuerzo
de sus ángeles para rodear a la pobre alma y formar una muralla
de tinieblas en derredor de ella con el propósito de que la luz del
cielo no la alcance. Pero si el que está en peligro persevera, y en su
impotencia se aferra a los méritos de la sangre de Cristo, nuestro
Salvador escucha la ferviente oración de fe, y envía refuerzos de
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ángeles poderosos en fortaleza para que lo libren.
Satanás no puede soportar que se recurra a su poderoso rival,
porque teme y tiembla ante su fuerza y majestad. Al sonido de la
oración ferviente, toda la hueste de Satanás tiembla. Él continúa
llamando legiones de malos ángeles, para lograr su objeto. Cuan-
do los ángeles todopoderosos, revestidos de la armadura del cielo,
acuden en auxilio del alma perseguida y desfalleciente, Satanás y
su hueste retroceden, sabiendo perfectamente que han perdido la
batalla. Los súbditos voluntarios de Satanás son fieles, activos y
unidos en un propósito, y aunque se aborrecen y se hacen guerra
mutuamente, aprovechan toda oportunidad para fomentar su interés
común. Pero el gran General del cielo y de la tierra ha limitado el
poder de Satanás.—
Testimonios para la Iglesia 1:309
.
Los seres celestiales son concedidos como guardianes de todos
los que trabajen en los caminos de Dios y sigan sus planes. Con
ferviente y contrita oración, podemos pedir que los instrumentos
celestiales estén a nuestro lado. Ejércitos invisibles de luz y poder
trabajarán con los mansos y humildes.—
Mensajes Selectos 1:113
.
Vi que algunos, con fe robusta y gritos acongojados, clamaban
ante Dios. Estaban pálidos y sus rostros demostraban la profunda
ansiedad resultante de su lucha interna. Gruesas gotas de sudor
bañaban su frente; pero con todo, su aspecto manifestaba firmeza y
gravedad. De cuando en cuando brillaba en sus semblantes la señal