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Nuestra necesidad de la oración
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Son pocos los que aprecian o aprovechan debidamente el precio-
so privilegio de la oración. Debemos ir a Jesús y explicarle todas
nuestras necesidades. Podemos presentarles nuestras pequeñas cui-
tas y perplejidades, como también nuestras dificultades mayores.
Debemos elevar al Señor en oración cualquier cosa que se suscite
para perturbarnos o angustiarnos. Cuando sintamos que necesitamos
la presencia de Cristo a cada paso, Satanás tendrá poca oportuni-
dad de introducir sus tentaciones. Su estudiado esfuerzo consiste
en apartarnos de nuestro mejor Amigo, el que más simpatiza con
nosotros. A nadie, fuera de Jesús, deberíamos hacer confidente nues-
tro. Podemos comunicarle con seguridad todo lo que está en nuestro
corazón.—
Testimonios para la Iglesia 5:187
.
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Se necesita más oración a medida que el fin se acerca
—Las
confederaciones aumentan tanto en número como en poder. Estas
confederaciones crearán una influencia opositora de la verdad, for-
marán nuevos grupos de creyentes profesos que obrarán de acuerdo
con sus teorías engañosas. La apostasía aumentará. “Algunos apos-
tatarán de la fe, escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas
de demonios”.
1 Timoteo 4:1
. Los hombres y las mujeres se han
unido para oponerse al Señor Dios del cielo, y la iglesia se encuentra
despierta a medias solamente a la comprensión de esta situación.
Los cristianos profesos deben orar más y realizar un esfuerzo más
fervoroso.—
Mensajes Selectos 2:440
.
Si alguna vez hubo un tiempo cuando debemos velar y orar
con verdadero fervor, es ahora. Puede haber cosas presumibles, que
aparezcan como buenas, y sin embargo necesitan ser cuidadosamente
consideradas con mucha oración, porque son medios engañosos que
usa el enemigo para inducir a las almas por una senda que corre tan
cerca del camino de la verdad, que apenas se podrá distinguir de
la senda que conduce a la santidad y al cielo. Pero el ojo de la fe
puede discernir que lleva una dirección divergente del camino recto,
aun cuando sea en forma imperceptible. Al principio puede pensarse
que es positivamente recta, pero después de un tiempo se ve que es
ampliamente divergente de la senda de la seguridad, del camino que
guía a la santidad y al cielo.—
Testimonios para los Ministros, 231
.
La victoria mediante la oración diaria
—Orando diariamente
a Dios, recibirán de él sabiduría y gracia para soportar el conflic-
to y las severas realidades de la vida y salir victoriosos. Sólo se