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La Oración
entregamos a él, nos recibe. Obrará en favor de los que le siguen y
por medio de ellos.—
El Ministerio de Curación, 172, 173
.
El Señor ciertamente oirá y contestará las oraciones de sus obre-
ros si éstos buscan su consejo y su instrucción.—
El Evangelismo
292
.
Dios oye las oraciones de todos aquellos que le buscan sincera-
mente. Él posee el poder que todos necesitamos y llena los corazones
de gozo, paz y santidad.—
Testimonios para la Iglesia 9:135
.
Vi que toda oración elevada con fe por un corazón sincero, será
oída y contestada por Dios, y que el suplicante obtendrá la bendición
cuando más la necesite, y a menudo ésta excederá sus expectativas.
No se pierde una sola oración de un verdadero santo, si es elevada
con fe por un corazón sincero.—
Testimonios para la Iglesia 1:117
.
Dios escucha cada oración
—El Dios infinito, dijo Jesús, os da
el privilegio de acercaros a él y llamarlo Padre. Comprended todo
lo que implica esto. Ningún padre de este mundo ha llamado jamás
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a un hijo errante con el fervor con el cual nuestro Creador suplica
al transgresor. Ningún amante interés humano siguió al impenitente
con tantas tiernas invitaciones. Mora Dios en cada hogar; oye cada
palabra que se pronuncia, escucha toda oración que se eleva, siente
los pesares y los desengaños de cada alma, ve el trato que recibe
cada padre, madre, hermana, amigo y vecino. Cuida de nuestras
necesidades, y para satisfacerlas, su amor y misericordia fluyen
continuamente.—
El Discurso Maestro de Jesucristo, 90, 91
.
Dios escucha cada oración sincera
—La Biblia nos muestra a
Dios en un lugar alto y santo, no en un estado de inactividad, ni en
silencio y soledad, sino rodeado por diez mil veces diez millares
y millares de millares de seres santos, todos dispuestos a hacer su
voluntad. Por conductos que no podemos discernir está en activa
comunicación con cada parte de su dominio. Pero es en el grano de
arena de este mundo, en las almas por cuya salvación dio a su Hijo
unigénito, donde su interés y el interés de todo el cielo se concentran.
Dios se inclina desde su trono para oír el clamor de los oprimidos. A
toda oración sincera, él contesta: “Aquí estoy”. Levanta al angustiado
y pisoteado. En todas nuestras aflicciones, él es afligido. En cada
tentación y prueba, el ángel de su presencia está cerca de nosotros
para librarnos.—
El Deseado de Todas las Gentes, 323
.