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La Oración
quien hablamos, y nuestra oración es escuchada.—
En los Lugares
Celestiales, 82
.
Dios escucha la intercesión de Jesús mezclada con nuestras
oraciones
—Cristo se ha comprometido a ser nuestro sustituto y
seguridad, y no rechaza a nadie. Hay un fondo inagotable de obe-
diencia perfecta que surge de su obediencia. En el cielo sus méritos,
abnegación y sacrificio propio, se atesoran como incienso que se
ofrece juntamente con las oraciones de su pueblo. Cuando las sin-
ceras y humildes oraciones de los pecadores ascienden al trono de
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Dios, Cristo mezcla con ellas los méritos de su propia vida de per-
fecta obediencia. Nuestras oraciones resultan fragantes gracias a
este incienso. Cristo se ha comprometido a interceder en nuestro
favor, y el Padre siempre oye al Hijo.—
Hijos e Hijas de Dios, 24
.
Dios responde siempre, aunque no nos demos cuenta
—Si
nos allegamos a Dios sintiéndonos desamparados y necesitados,
como realmente somos, y con fe humilde y confiada presentamos
nuestras necesidades a Aquel cuyo conocimiento es infinito y que
ve toda la creación y todo lo gobierna por su voluntad y palabra,
él puede y quiere atender a nuestro clamor, y hará resplandecer
la luz en nuestro corazón. Por la oración sincera nos ponemos en
comunicación con la mente del Infinito. Quizás no tengamos al
instante alguna prueba notable de que el rostro de nuestro Redentor
se inclina hacia nosotros con compasión y amor; y sin embargo
es así. Tal vez no sintamos su toque manifiesto, mas su mano se
extiende sobre nosotros con amor y piadosa ternura.—
El Camino a
Cristo, 97
.
Las respuestas de Dios no siempre son lo que esperamos
Pedid pues; pedid y recibiréis. Pedid humildad, sabiduría, valor,
aumento de fe. Cada oración sincera recibirá contestación. Tal vez
no llegue ésta exactamente como deseáis, o cuando la esperéis; pero
llegará de la manera y en la ocasión que mejor cuadren a vuestra
necesidad. Las oraciones que elevéis en la soledad, en el cansancio,
en la prueba, Dios las contestará, no siempre según lo esperabais,
pero siempre para vuestro bien.—
Mensajes para los Jóvenes, 248
.
Dios escucha las oraciones por la conversión de las almas
Cuando los que conocen la verdad practiquen la abnegación orde-
nada en la Palabra de Dios, el mensaje se proclamará con poder.
El Señor oirá nuestras oraciones en favor de la conversión de las