Página 83 - La Oraci

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El poder de la oración
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medio para engañarlos y arruinarlos. Pero Dios no los deja luchar
sin ayuda contra el tentador. Tienen ellos un Ayudador todopoderoso.
Mucho más fuerte que su enemigo es Aquel que en este mundo,
y en forma humana, hizo frente y venció a Satanás, resistiendo toda
tentación que hoy día sobreviene a los jóvenes. Él es su Hermano
Mayor. Siente hacia ellos profundo y tierno interés. Los vigila cons-
tantemente, y se regocija cuando tratan de agradarle. Cuando oran,
él mezcla con sus oraciones el incienso de su justicia, y las ofrece
a Dios como sacrificio fragante. En su fuerza pueden los jóvenes
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soportar la dureza como buenos soldados de la cruz. Fortalecidos
con su poder, son hechos aptos para alcanzar los elevados ideales
que tienen delante. El sacrificio hecho en el Calvario es la prenda de
su Victoria.—
Mensajes para los Jóvenes, 93, 94
.
La oración pone a Dios en acción
—Mediante vuestras oracio-
nes fervientes de fe podréis mover el brazo que mueve al mundo.
Podéis enseñar a vuestros hijos a orar efectivamente al estar arrodi-
llados a vuestro lado. Elevad oraciones al trono de Dios: “Perdona,
oh Jehová, a tu pueblo, y no entregues al oprobio tu heredad, para
que las naciones se enseñoreen de ella. ¿Por qué han de decir entre
los pueblos: Dónde está su Dios?”
Joel 2:17
.
Dios está obrando. Él hace cosas maravillosas; y aunque more en
las alturas, la oración puede alcanzar su trono. El que pone y dispone,
el que hace cosas maravillosas, considerará la oración contrita de fe
del más humilde de sus hijos.—
The Review and Herald, 23 de abril
de 1889
.
Nuestras voces llegan a los oídos de Dios
—Y las palabras
dichas a Jesús a orillas del Jordán: “Este es mi Hijo amado, en
el cual tengo contentamiento”, abarcan a toda la humanidad. Dios
habló a Jesús como a nuestro representante. No obstante todos
nuestros pecados y debilidades, no somos desechados como inútiles.
Él “nos hizo aceptos en el Amado”.
Efesios 1:6
. La gloria que
descansó sobre Jesús es una prenda del amor de Dios hacia nosotros.
Nos habla del poder de la oración, de cómo la voz humana puede
llegar al oído de Dios, y ser aceptadas nuestras peticiones en los
atrios celestiales. Por el pecado, la tierra quedó separada del cielo y
enajenada de su comunión; pero Jesús la ha relacionado otra vez con
la esfera de gloria. Su amor rodeó al hombre, y alcanzó el cielo más
elevado. La luz que cayó por los portales abiertos sobre la cabeza de