Página 95 - La Oraci

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Oraciones respondidas
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nos ha prometido, creyendo que las recibiremos, las obtendríamos.—
Testimonios para la Iglesia 9:144
.
Oremos y creamos
—Dios no dice: Pedid una vez y recibiréis.
Él nos ordena que pidamos. Persistid incansablemente en la oración.
El pedir con persistencia hace más ferviente la actitud del postulante,
y le imparte un deseo mayor de recibir las cosas que pide. Cristo le
dijo a Marta junto a la tumba de Lázaro: “Si creyeres, verás la gloria
de Dios”.
Juan 11:40
.
Pero muchos no tienen una fe viva. Esta es la razón por la cual
no ven más del poder de Dios. Su debilidad es el resultado de su
incredulidad. Tienen más fe en su propio obrar que en el obrar de
Dios en favor de ellos. Ellos se encargan de cuidarse a sí mismos.
Hacen planes y proyectos, pero oran poco, y tienen poca confianza
verdadera en Dios. Piensan que tienen fe, pero es sólo el impulso del
momento. Dejan de comprender su propia necesidad, y lo dispuesto
que está Dios a dar; no perseveran en mantener sus pedidos ante el
Señor.
Nuestras oraciones han de ser tan fervorosas y persistentes co-
mo lo fue la del amigo necesitado que pidió pan a media noche.
Cuanto más fervorosa y constantemente oremos, tanto más íntima
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será nuestra unión espiritual con Cristo. Recibiremos bendiciones
acrecentadas, porque tenemos una fe acrecentada.
Nuestra parte consiste en orar y creer. Velad en oración. Velad,
y cooperad con el Dios que oye la oración. Recordad que “somos
colaboradores de Dios”.
1 Corintios 3:9
. Hablad y obrad de acuerdo
con vuestras oraciones. Significará para vosotros una infinita dife-
rencia el que la prueba demuestre que vuestra fe es genuina, o revele
que vuestras oraciones son sólo una forma.—
Palabras de Vida del
Gran Maestro, 111, 112
.
Oremos con fe y las respuestas llegarán
—Si se las aprende
bien, las lecciones que Dios envía imparten ayuda oportuna. Pongan
su confianza en Dios. Oren mucho y crean. Si confían, esperan, creen
y se aferran de la mano del Poder Infinito, seran más que vencedores.
Los verdaderos obreros andan y trabajan por la fe. A veces se
cansan de observar el lento progreso de la obra, cuando la batalla
ruge entre las potestades del bien y del mal. Pero si se niegan a acep-
tar el fracaso o a desalentarse, verán disiparse las nubes y cumplirse
la promesa de la liberación. A través de la neblina con que Satanás