Página 99 - La Oraci

Basic HTML Version

Oraciones respondidas
95
negar un bien a los que andan en integridad. Así que no temáis
confiar en él, aunque no veáis la inmediata respuesta de vuestras
oraciones. Confiad en la seguridad de su promesa: “Pedid, y se os
dará”.
Si consultamos nuestras dudas y temores, o procuramos resolver
cada cosa que no veamos claramente, antes de tener fe, solamente
se acrecentarán y profundizarán las perplejidades. Mas si venimos
[104]
a Dios sintiéndonos desamparados y necesitados, como realmente
somos, si venimos con humildad y con la verdadera certidumbre de la
fe le presentamos nuestras necesidades a Aquel cuyo conocimiento
es infinito, a quien nada se le oculta y quien gobierna todas las cosas
por su voluntad y palabra, él puede y quiere atender nuestro clamor y
hacer resplandecer su luz en nuestro corazón. Por la oración sincera
nos ponemos en comunicación con la mente del Infinito. Quizá no
tengamos al instante ninguna prueba notable de que el rostro de
nuestro Redentor está inclinado hacia nosotros con compasión y
amor; sin embargo es así. No podemos sentir su toque manifiesto,
mas su mano nos sustenta con amor y piadosa ternura.
Cuando imploramos misericordia y bendición de Dios, debe-
mos tener un espíritu de amor y perdón en nuestro propio corazón.
¿Cómo podemos orar: “Perdónanos nuestras deudas, como también
nosotros perdonamos a nuestros deudores” (
Mateo 6:12
) y abrigar,
sin embargo, un espíritu que no perdona? Si esperamos que nuestras
oraciones sean oídas, debemos perdonar a otros como esperamos ser
perdonados nosotros.
La perseverancia en la oración ha sido constituida en condición
para recibir. Debemos orar siempre si queremos crecer en fe y en
experiencia. Debemos ser “perseverantes en la oración”.
Romanos
12:12
. “Perseverad en la oración, velando en ella, con acciones de
gracia”.
Colosenses 4:2
. El apóstol Pedro exhorta a los cristianos a
que sean “sobrios, y vigilantes en las oraciones”.
1 Pedro 4:7
. San
Pablo ordena: “En todas las circunstancias, por medio de la oración
y la plegaria, con acciones de gracias, dense a conocer vuestras
peticiones a Dios”.
Filipenses 4:6
. “Vosotros empero, hermanos—
dice Judas—, orando en el Espíritu Santo, guardaos en el amor de
Dios”.
Judas 20, 21
.—
El Camino a Cristo, 94-97
.
Si sólo le obedecemos parcial y tibiamente, sus promesas no se
cumplirán en nosotros.—
El Ministerio de Curación, 173
.