Página 115 - Primeros Escritos (1962)

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Una explicación
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demasiada cantidad, y demasiado a menudo. Vi que los maestros
debieran haber estado en situación de corregir este error y ejercer una
buena influencia en la iglesia. El dinero ha sido representado como
de poca consecuencia, y que cuanto antes era dado, mejor. Algunos
dieron un mal ejemplo al aceptar grandes donativos sin precaver en
lo más mínimo a aquellos que tenían recursos para que no los usasen
demasiado libremente y con negligencia. Al aceptar tan elevada
cantidad de recursos, sin preguntar si Dios lo había impuesto como
deber a los hermanos, se sancionaba el acto de dar en demasiada
abundancia.
“Los que daban erraron también, al no ser escrupulosos en cuanto
a averiguar las necesidades del caso, si había o no una necesidad
real. Los que tenían recursos fueron puestos en gran perplejidad.
Un hermano fué perjudicado al ponérsele demasiados recursos en
las manos. No practicaba la economía, sino que vivía en forma
extravagante, y en sus viajes gastaba dinero aquí y allá sin provecho.
Difundía una mala influencia al hacer un uso tan libre del dinero
del Señor, y decía en su corazón, y a otros: ‘Hay bastantes recursos
en J———; más de lo que puede usarse antes que venga el Señor.’
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Algunos fueron muy perjudicados por una conducta tal y entraron
en la verdad con opiniones erróneas, no comprendiendo que era
el dinero del Señor lo que estaban usando sin reconocer su valor.
Esas pobres almas que acaban de abrazar el mensaje del tercer
ángel y han tenido un ejemplo tal delante de sí, tendrán mucho que
aprender en cuanto a negarse a sí mismos y a sufrir por amor a
Cristo. Tendrán que aprender a renunciar a la comodidad, a dejar de
procurar sus conveniencias y comodidades, y tener presente el valor
de las almas. Los que sienten que pesa sobre ellos el ‘ay’ no estarán
en favor de hacer grandes preparativos para viajar con comodidad.
Algunos que no tenían vocación han sido alentados a entrar en el
campo. Otros han sido afectados por estas cosas y no han sentido la
necesidad de economizar, de negarse a sí mismos, y poner recursos
en la tesorería del Señor. Pensaban y decían: ‘Hay otros que tienen
bastantes recursos; darán para el periódico. Yo no necesito hacer
nada. El periódico será sostenido sin mi ayuda.”’
Para mí no ha sido prueba pequeña el ver que algunos han tomado
aquella porción de mis visiones que se relacionaba con el sacrificio
de propiedades para sostener la causa y la han usado mal; emplean