Página 22 - Primeros Escritos (1962)

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folletos que recalcaban la vigencia del cuarto mandamiento. Algunos
miembros comprendieron esa verdad, y uno de ellos, Guillermo
Farnsworth, decidió guardar el sábado. En esto le acompañaron otras
doce personas, que fueron los primeros adventistas del séptimo día.
Federico Wheeler, el pastor de esa iglesia, tomó la misma decisión y
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fué el primer pastor adventista que guardara el sábado. Otro pastor de
New Hampshire, T.M.Preble, aceptó también la verdad del sábado,
y en febrero de 1845 publicó un artículo acerca de esa verdad en un
periódico adventista,
The Hope of Israel
(La esperanza de Israel).
José Bates, eminente pastor adventista que residía en Fairhaven,
estado de Massachusetts, leyó el artículo de Preble y aceptó la vi-
gencia del sábado. Poco después presentó el asunto en un folleto de
64 páginas, que salió de prensas en agosto de 1846. Un ejemplar
llegó a las manos de Jaime White y su esposa Elena, poco después
de su casamiento, celebrado a fines de agosto de 1846. Ellos también
fueron convencidos por las pruebas bíblicas, y la señora escribió
más tarde: “En el otoño de 1846 comenzamos a observar el día de
reposo bíblico, y también a enseñarlo y defenderlo.”—[
Testimonies
for the Church 1:75
].
Jaime White y su esposa se habían decidido por las pruebas
bíblicas presentadas en el librito de Bates. El primer sábado de abril,
en 1847, siete meses después que ella y su esposo principiaran a
guardar el sábado, el Señor dió a la Sra. de White, en Topsham,
Maine, una visión en la cual se recalcó la importancia del sábado.
Elena vió las tablas de la ley en el arca del santuario celestial, y notó
que el cuarto mandamiento estaba rodeado de una aureola de luz.
En [
Primeros Escritos, 32-35
], puede leerse el relato de esa visión
que confirmó las conclusiones impuestas por el estudio de la Palabra
de Dios. En visión profética, la Sra. de White fué trasladada al fin
de los tiempos y vió que, por su actitud hacia la verdad del sábado,
los hombres demostrarán si deciden servir a Dios o a una potencia
apóstata. En 1874, ella escribió: “Creí la verdad acerca del sábado
antes de haber visto cosa alguna en visión con referencia al día de
reposo. Después que comencé a observar el sábado transcurrieron
meses antes que se me mostrase su importancia y su lugar en el
mensaje del tercer ángel.”—E. G. de W., carta 2, 1874.
Durante 1848, los varios pastores adventistas del séptimo día que
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se destacaban en la enseñanza de las verdades recién descubiertas