Página 229 - Primeros Escritos (1962)

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La muerte no es tormento eterno
Satanás comenzó su engaño en el Edén. Dijo a Eva: “No mori-
réis.” Tal fué la primera lección de Satanás acerca de la inmortalidad
del alma, y ha continuado con este engaño desde entonces hasta hoy,
y seguirá con él hasta que haya cesado el cautiverio de los hijos de
Dios. Me fueron mostrados Adán y Eva en el Edén. Comieron del
árbol prohibido, y entonces la espada de fuego fué puesta en derre-
dor del árbol de vida, y ellos fueron expulsados del huerto, no fuera
que comiesen del árbol de vida, y fuesen pecadores inmortales. El
fruto de este árbol había de perpetuar la inmortalidad. Oí a un ángel
preguntar: “¿Quién de la familia de Adán cruzó aquella flamígera
espada, y ha comido del árbol de la vida?” Oí a otro ángel contestar:
“Ni uno de la familia de Adán cruzó esa espada de fuego, ni comió
de aquel árbol; por lo tanto no hay un solo pecador inmortal.” El
alma que pecare, ésta morirá de una muerte eterna, una muerte de
la cual no hay esperanza de resucitar; y entonces la ira de Dios será
apaciguada.
Me asombraba que Satanás pudiese tener tanto éxito como para
hacer creer a los hombres que las palabras de Dios, “el alma que
pecare, esa morirá,” significan que el alma que peca no muere, sino
que vive eternamente en tormentos. Dijo el ángel: “La vida es vida,
sea en el dolor o la felicidad. La muerte es un estado sin dolor, sin
goce, sin odio.”
Satanás dijo a sus ángeles que hiciesen un esfuerzo especial por
difundir la mentira que le fué dicha por primera vez a Eva en el
Edén: “No moriréis.” Y a medida que el error fuese recibido por
la gente, y ésta fuese inducida a creer que el hombre es inmortal,
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Satanás le haría creer que el pecador ha de vivir en tormento eterno.
Entonces el camino quedó preparado para que Satanás obrase por
medio de sus representantes y señalara a Dios ante la gente como
un tirano vengativo, que hunde en el infierno a todos los que no
le agradan, y les hace sentir su ira para siempre; y que, mientras
sufren indecible angustia y se retuercen en las llamas eternas, los
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