Página 248 - Primeros Escritos (1962)

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El mensaje del segundo ángel
[
Véase el Apéndice.
]
Al negarse las iglesias a aceptar el mensaje del primer ángel
rechazaron la luz del cielo y perdieron el favor de Dios. Confiaban
en su propia fuerza, y al oponerse al primer mensaje se colocaron
donde no podían ver la luz del mensaje del segundo ángel. Pero
los amados del Señor, que estaban oprimidos, aceptaron el mensaje:
“Ha caído Babilonia,” y salieron de las iglesias.
Cerca del término del mensaje del segundo ángel vi una intensa
luz del cielo que brillaba sobre el pueblo de Dios. Los rayos de esta
luz eran tan brillantes como los del sol. Y oí las voces de los ángeles
que exclamaban: “¡Aquí viene el esposo; salid a recibirle!”
Véase el
Apéndice.
[238]
Era el clamor de media noche, que había de dar poder al mensaje
del segundo ángel. Fueron enviados ángeles del cielo para alentar
a los desanimados santos y prepararlos para la magna obra que les
aguardaba. Los hombres de mayor talento no fueron los primeros
en recibir este mensaje, sino que fueron enviados ángeles a los
humildes y devotos, y los constriñeron a pregonar el clamor: “¡Aquí
viene el esposo; salid a recibirle!” Aquellos a quienes se confió
esta proclamación se apresuraron y con el poder del Espíritu Santo
publicaron el mensaje y despertaron a sus desalentados hermanos.
Esta obra no se fundaba en la sabiduría y erudición de los hombres,
sino en el poder de Dios, y sus santos que escucharon el clamor no
pudieron resistirle. Los primeros en recibir este mensaje fueron los
más espirituales, y los que en un principio habían dirigido la obra
fueron los últimos en recibirlo y ayudar a que resonase más potente
el pregón: “¡Aquí viene el esposo; salid a recibirle!”
En todas partes del país fué proyectada luz sobre el mensaje del
segundo ángel y el anunció enterneció el corazón de millares de
personas. Propagóse de villa en villa y de ciudad en ciudad, hasta
despertar por completo al expectante pueblo de Dios. En muchas
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