Página 281 - Primeros Escritos (1962)

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Los pecados de Babilonia
Vi que desde que el segundo ángel proclamara la caída de las igle-
sias, éstas se han estado volviendo cada vez más corruptas. Tienen
el nombre de seguidoras de Cristo; pero es imposible distinguirlas
del mundo. Los ministros sacan sus textos de la Palabra de Dios,
pero predican cosas agradables. Contra esto el corazón natural no
tiene objeción. Lo que resulta odioso para el corazón carnal es tan
sólo el espíritu y el poder de la verdad, así como la salvación por
Cristo. No hay en el ministerio popular cosa alguna que despierte
la ira de Satanás, haga temblar al pecador, o aplique al corazón y la
conciencia las temibles realidades de un juicio que pronto se realiza-
rá. En general los impíos encuentran agradable una forma de piedad
carente de eficacia, y ayudarán a sostener una religión tal.
Dijo el ángel: “Nada que sea menos que toda la armadura de
justicia puede habilitar al hombre para vencer las potestades de las
tinieblas y retener la victoria sobre ellas. Satanás ha tomado plena
posesión de las iglesias en conjunto. Se ponen de relieve los dichos y
las obras de los hombres en vez de las claras y cortantes verdades de
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la Palabra de Dios. El espíritu y la amistad del mundo son enemistad
hacia Dios. Cuando la verdad en su sencillez y fortaleza, tal cual es
en Jesús, se levanta frente al espíritu del mundo, despierta en seguida
el espíritu de persecución. Muchísimos que profesan ser cristianos
no han conocido a Dios. El corazón natural no ha sido cambiado,
y el ánimo carnal permanece en enemistad con Dios. Aquéllos son
siervos fieles de Satanás, a pesar de haber asumido otro nombre.”
Vi que desde que Jesús dejó el lugar santo del santuario celestial
y entró detrás del segundo velo, las iglesias han estado llenándose
de toda ave inmunda y aborrecible. Vi gran iniquidad y vileza en
las iglesias; sin embargo sus miembros profesan ser cristianos. La
profesión que hacen, sus oraciones y sus exhortaciones, son abomi-
nación a la vista de Dios. Dijo el ángel: “Dios no halla agrado en sus
asambleas. Practican el egoísmo, el fraude y el engaño sin reprensión
de su conciencia. Sobre todos estos malos rasgos arrojan el manto
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