Página 290 - Primeros Escritos (1962)

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Primeros Escritos
de Dios los hacían retroceder y también rechazaban a los ángeles
malos que rodeaban a los malvados.
Fué una hora de tremenda y espantosa angustia para los santos.
Día y noche clamaban a Dios para pedirle que los librase. A juzgar
por las apariencias no había posibilidad de escapar. Los malvados,
saboreando de antemano su triunfo, exclamaban: “¿Por qué no os
libra vuestro Dios de nuestras manos? ¿Por qué no os escapáis por
los aires para salvar la vida?” Pero los santos no los escuchaban.
Como Jacob, estaban luchando con Dios. Los ángeles deseaban
libertarlos; pero habían de esperar un poco más. El pueblo de Dios
debía apurar el cáliz y ser bautizado del bautismo. Los ángeles,
fieles a su misión, seguían velando. Dios no quería que los paganos
insultasen su nombre. Se acercaba el tiempo en que iba a manifestar
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su formidable poder y libertar gloriosamente a sus santos. Por la
gloria de su nombre iba a libertar a todos los que pacientemente le
habían esperado y cuyos nombres estaban escritos en el libro.
Se me señaló al fiel Noé. Al desatarse la lluvia y sobrevenir el
diluvio, ya Noé y su familia habían entrado en el arca, y Dios había
cerrado la puerta. Noé había advertido fielmente a los moradores
del mundo antediluviano, mientras ellos se mofaban de él y le es-
carnecían. Pero cuando las aguas cubrieron la tierra, y uno tras otro
los impíos se iban ahogando, veían el arca de la que tanto se habían
burlado, flotando con toda seguridad sobre las olas, y preservando
al fiel Noé y su familia. Análogamente vi que sería libertado el
pueblo de Dios que con tanta fidelidad había anunciado al mundo
la ira venidera. Dios no consentiría que los malvados exterminasen
a quienes esperaban la traslación y no se sometían al decreto de la
bestia ni recibían su marca. Vi que si a los malvados se les permi-
tiese exterminar a los santos, Satanás se alegraría, con sus malignas
huestes y todos cuantos odiaban a Dios. Y ¡oh, qué triunfo fuera
para su majestad satánica ejercer en la lucha final potestad sobre los
que durante largo tiempo habían esperado contemplar a quien tanto
amaban! Los que se burlaron de la idea de la ascensión de los santos
presenciarán la solicitud de Dios por su pueblo y contemplarán su
gloriosa liberación.
Cuando los santos salieron de las villas y ciudades, los persi-
guieron los malvados con intento de matarlos. Pero las espadas
levantadas contra el pueblo de Dios se quebraron y cayeron tan