Página 50 - Primeros Escritos (1962)

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Primeros Escritos
Estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la
buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo. . . . Solamente
que os comportéis como es digno del evangelio de Cristo, para que
o sea que vaya a veros o que esté ausente, oiga de vosotros que
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estáis firmes en un mismo espíritu, combatiendo unánimes por la
fe del evangelio, y en nada intimidados por los que se oponen, que
para ellos ciertamente es indicio de perdición, mas para vosotros de
salvación; y esto de Dios. Porque a vosotros os es concedido a causa
de Cristo, no sólo que creáis en él, sino también que padezcáis por
él.
Filipenses 1:6, 27-29
.
Porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como
el hacer, por su buena voluntad. Haced todo sin murmuraciones y
contiendas, para que seáis irreprensibles y sencillos, hijos de Dios sin
mancha en medio de una generación maligna y perversa, en medio
de la cual resplandecéis como luminares en el mundo.
Filipenses
2:13-15
.
Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor, y en el
poder de su fuerza. Vestíos de toda la armadura de Dios, para que
podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo. Porque no
tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra
potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo,
contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes. Por
tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el
día malo, y habiendo acabado todo, estar firmes. Estad, pues, firmes,
ceñidos vuestros lomos con la verdad, y vestidos con la coraza de
justicia, y calzados los pies con el apresto del evangelio de la paz.
Sobre todo, tomad el escudo de la fe, con que podáis apagar todos los
dardos de fuego del maligno. Y tomad el yelmo de la salvación, y la
espada del Espíritu, que es la palabra de Dios; orando en todo tiempo
con toda oración y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda
perseverancia y súplica por todos los santos.
Efesios 6:10-18
.
Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonán-
doos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en
Cristo.
Efesios 4:32
.
Habiendo purificado vuestras almas por la obediencia a la verdad,
mediante el Espíritu, para el amor fraternal no fingido, amaos unos
a otros entrañablemente, de corazón puro.
1 Pedro 1:22
.
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