Página 51 - Primeros Escritos (1962)

Basic HTML Version

Mi primera visión
47
Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros;
como yo os he amado, que también os améis unos a otros. En esto
conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos
con los otros.
Juan 13:34, 35
.
Examinaos a vosotros mismos si estáis en la fe; probaos a voso-
tros mismos. ¿O no os conocéis a vosotros mismos, que Jesucristo
está en vosotros, a menos que estéis reprobados?
2 Corintios 13:5
.
Conforme a la gracia de Dios que me ha sido dada, yo como
perito arquitecto puse el fundamento, y otro edifica encima; pero
cada uno mire cómo sobreedifica. Porque nadie puede poner otro
fundamento que el que está puesto, el cual es Jesucristo. Y si sobre
este fundamento alguno edificare oro, plata, piedras preciosas, ma-
dera, heno, hojarasca, la obra de cada uno se hará manifiesta; porque
el día la declarará, pues por el fuego será revelada; y la obra de cada
uno cuál sea, el fuego la probará.
1 Corintios 3:10-13
.
Por tanto, mirad por vosotros, y por todo el rebaño en que el
Espíritu Santo os ha puesto por obispos, para apacentar la iglesia del
Señor, la cual él ganó por su propia sangre. Porque yo sé que después
de mi partida entrarán en medio de vosotros lobos rapaces, que no
perdonarán al rebaño. Y de vosotros mismos se levantarán hombres
que hablen cosas perversas para arrastrar tras sí a los discípulos.
Hechos 20:28-30
.
Estoy maravillado de que tan pronto os hayáis alejado del que
os llamó por la gracia de Cristo, para seguir un evangelio diferente.
No que haya otro, sino que hay algunos que os perturban y quieren
pervertir el evangelio de Cristo. Mas si aun nosotros, o un ángel
del cielo, os anunciare otro evangelio diferente del que os hemos
anunciado, sea anatema. Como antes hemos dicho, también ahora
lo repito: Si alguno os predica diferente evangelio del que habéis
recibido, sea anatema.
Gálatas 1:6-9
.
Por tanto, todo lo que habéis dicho en tinieblas, a la luz se oirá;
y lo que habéis hablado al oído en los aposentos, se proclamará en
las azoteas. Mas os digo, amigos míos: No temáis a los que matan
[28]
el cuerpo, y después nada más pueden hacer. Pero os enseñaré a
quién debéis temer: Temed a aquel que después de haber quitado la
vida, tiene poder de echar en el infierno; sí, os digo, a éste temed.
¿No se venden cinco pajarillos por dos cuartos? Con todo, ni uno de
ellos está olvidado delante de Dios. Pues aun los cabellos de vuestra