Página 53 - Primeros Escritos (1962)

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Mi primera visión
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fuera expulsado de la sinagoga. Por eso dijeron sus padres: Edad
tiene, preguntadle a él. Entonces volvieron a llamar al hombre que
había sido ciego, y le dijeron: Da gloria a Dios; nosotros sabemos
que ese hombre es pecador. Entonces él respondió y dijo: Si es
pecador, no lo sé; una cosa sé, que habiendo yo sido ciego, ahora
veo. Le volvieron a decir: ¿Qué te hizo? ¿Cómo te abrió los ojos?
El les respondió: Ya os lo he dicho, y no habéis querido oir; ¿por
qué lo queréis oir otra vez? ¿Queréis también vosotros haceros sus
discípulos?
Juan 9:20-27
.
Y todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, lo haré, para que
el Padre sea glorificado en el Hijo. Si algo pidiereis en mi nombre,
yo lo haré. Si me amáis, guardad mis mandamientos.
Juan 14:13-15
.
Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros,
pedid todo lo que queréis, y os será hecho. En esto es glorificado mi
Padre, en que llevéis mucho fruto, y seáis así mis discípulos.
Juan
15:7, 8
.
Pero había en la sinagoga de ellos un hombre con espíritu inmun-
do, que dió voces, diciendo: ¡Ah! ¿qué tienes con nosotros, Jesús
nazareno? ¿Has venido para destruirnos? Sé quién eres, el Santo de
Dios. Pero Jesús le reprendió, diciendo: ¡Cállate, y sal de él!
Marcos
1:23-25
.
Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles,
ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo porvenir, ni lo alto,
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ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del
amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro.
Romanos 8:38,
39
.
Escribe al ángel de la iglesia en Filadelfia: Esto dice el Santo,
el Verdadero, el que tiene la llave de David, el que abre y ninguno
cierra, y cierra y ninguno abre: Yo conozco tus obras; he aquí, he
puesto delante de ti una puerta abierta, la cual nadie puede cerrar;
porque aunque tienes poca fuerza, has guardado mi palabra, y no has
negado mi nombre. He aquí, yo entrego de la sinagoga de Satanás a
los que se dicen ser judíos y no lo son, sino que mienten. He aquí,
yo haré que vengan y se postren a tus pies, y reconozcan que yo te
he amado. Por cuanto has guardado la palabra de mi paciencia, yo
también te guardaré de la hora de la prueba que ha de venir sobre
el mundo entero, para probar a los que moran sobre la tierra. He
aquí, yo vengo pronto; retén lo que tienes, para que ninguno tome