Página 82 - Primeros Escritos (1962)

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“Golpes misteriosos”
El 24 de agosto de 1850, vi que los “golpes misteriosos” eran
efectos del poder de Satanás. Algunos procedían directamente de
él, y otros indirectamente, por medio de sus agentes; pero todos
dimanaban de Satanás. Eran su obra y la realizaba de distintos
modos. Sin embargo, en las iglesias y en el mundo había muchos
tan sumidos en densas tinieblas, que se imaginaban y sostenían que
esos golpes misteriosos eran obra del poder de Dios. Dijo el ángel:
“¿No consultará el pueblo a su Dios? ¿Consultará a los muertos por
los vivos?” ¿Han de ir los vivos a aprender de los muertos? Los
muertos nada saben. En vez de acudir al Dios vivo, ¿recurriréis a
los muertos? Se han apartado del Dios vivo para conversar con los
muertos que nada saben. Véase
Isaías 8:19, 20
.
Vi que no tardaría en calificarse de blasfemia todo cuanto se
dijera en contra de los golpes misteriosos, los cuales se irían ex-
tendiendo más y más, con incremento del poder de Satanás, y que
algunos de sus adeptos tendrían poder para realizar milagros, hasta
para hacer bajar fuego del cielo a la vista de los hombres. Se me
mostró que por los golpes y el mesmerismo, estos magos moder-
nos explicarían aún todos los milagros hechos por nuestro Señor
Jesucristo, y que muchos creerían que todas las obras poderosas que
hizo el Hijo de Dios cuando estuvo en la tierra, fueron hechas por
este mismo poder
Se me recordó el tiempo de Moisés, y vi las
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Cuando esta visión fué dada, el espiritismo acababa de nacer y era de poca monta;
había pocos médiums. Desde entonces, se ha difundido por todo el mundo, y sus adherentes
se cuentan ahora por millones. En general, ha sido costumbre de los espiritistas negar la
Biblia y mofarse del cristianismo. Ciertos adeptos individuales, en diferentes ocasiones,
lo han deplorado y han protestado contra ello, pero siempre fueron tan pocos que nadie
les hizo caso. Ulteriormente los espiritistas cambiaron sus métodos, y muchos de ellos
se llaman “cristianos espiritualistas;” declaran que no responde a su propósito ignorar la
religión, y afirman poseer la verdadera fe cristiana. Si se tiene en cuenta, también, que
muchos clérigos eminentes simpatizan con el espiritismo, vemos ahora que el camino está
abierto para el pleno cumplimiento de esta predicción dada en 1850. Léanse también las
declaraciones de la autora en la página 86.
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