Página 134 - Historia de los Patriarcas y Profetas (2008)

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Capítulo 14—La destrucción de Sodoma
Este capítulo está basado en Génesis 19.
La mas bella de las ciudades del valle del Jordán era Sodoma,
situada en una llanura que era como el “huerto de Jehová” (ver
Gé-
nesis 13:10
) por su fertilidad y hermosura. Allí florecía la abundante
vegetación de los trópicos. Allí abundaban la palmera, el olivo y la
vid, y las flores esparcían su fragancia durante todo el año. Abundan-
tes mieses revestían los campos, y muchos rebaños lanares y vacunos
cubrían las colinas circundantes. El arte y el comercio contribuían a
enriquecer la orgullosa ciudad de la llanura. Los tesoros del oriente
adornaban sus palacios, y las caravanas del desierto proveían sus
mercados de preciosos artículos. Con poco trabajo mental o físico,
se podían satisfacer todas las necesidades de la vida, y todo el año
parecía una larga serie de festividades.
La abundancia general dio origen al lujo y al orgullo. La ocio-
sidad y las riquezas endurecen el corazón que nunca ha estado
oprimido por la necesidad ni sobrecargado por el pesar. El amor a
los placeres fue fomentado por la riqueza y la ociosidad, y la gente se
entregó a la complacencia sensual. “Esta fue la maldad de Sodoma—
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dice Ezequiel—, tu hermana: soberbia, pan de sobra y abundancia
de ocio tuvieron ella y sus hijas; y no fortaleció la mano del afligido
y del necesitado. Se llenaron de soberbia e hicieron abominación
delante de mí, y cuando lo vi, las quité”.
Ezequiel 16:49, 50
.
Nada desean los hombres tanto como la riqueza y la ociosidad,
y, sin embargo, estas cosas fueron el origen de los pecados que
acarrearon la destrucción de las ciudades de la llanura. La vida inútil
y ociosa de sus habitantes los hizo víctimas de las tentaciones de
Satanás, desfiguraron la imagen de Dios, y estaban más cerca de
Satanás que de Dios.
La ociosidad es la mayor maldición que puede caer sobre el
hombre; porque la siguen el vicio y el crimen. Debilita la mente,
pervierte el entendimiento y el alma. Satanás está al acecho, listo
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