Página 25 - Historia de los Patriarcas y Profetas (2008)

Basic HTML Version

La creación
21
hay en esto misterio. No hay fundamento alguno para la suposición
de que el hombre llegó a existir mediante un lento proceso evolutivo
de las formas bajas de la vida animal o vegetal. Estas enseñanzas
rebajan la obra sublime del Creador al nivel de las mezquinas y
terrenales concepciones humanas. Los hombres están tan decidi-
dos a excluir a Dios de la soberanía del universo que rebajan al ser
humano y lo privan de la dignidad de su origen. El que colocó los
mundos estrellados en la altura y coloreó con delicada maestría las
flores del campo, el que llenó la tierra y los cielos con las maravillas
de su poder, cuando quiso coronar su gloriosa obra, colocando a
alguien para regir la hermosa tierra, supo crear un ser digno de las
manos que le dieron vida. La genealogía de nuestro linaje, como ha
sido revelada, no hace remontar su origen a una serie de gérmenes,
moluscos o cuadrúpedos, sino al gran Creador. Aunque Adán fue
formado del polvo, era el “hijo de Dios”.
Lucas 3:38
.
Se colocó a Adán como representante de Dios sobre los órdenes
de los seres inferiores. Estos no pueden comprender ni reconocer la
soberanía de Dios; sin embargo, fueron creados con capacidad de
amar y de servir al hombre. El salmista dice: “Lo hiciste señorear
sobre las obras de tus manos; todo lo pusiste debajo de sus pies, [...]
asimismo las bestias del campo, las aves del cielo [...] ¡todo cuanto
pasa por los senderos del mar!”.
Salmos 8:6-8
.
El hombre había de llevar la imagen de Dios, tanto en la seme-
janza exterior, como en el carácter. Aunque únicamente Cristo es
“la misma imagen” del Padre (
Hebreos 1:3
); el hombre fue creado a
semejanza de Dios. Su naturaleza estaba en armonía con la voluntad
de Dios. Su mente era capaz de comprender las cosas divinas. Sus
afectos eran puros, sus apetitos y pasiones estaban bajo el dominio
[25]
de la razón. Era santo y se sentía feliz de llevar la imagen de Dios y
de mantenerse en perfecta obediencia a la voluntad del Padre.
Cuando el hombre salió de las manos de su Creador, era de eleva-
da estatura y perfecta simetría. Su semblante llevaba el tinte rosado
de la salud y brillaba con la luz y el regocijo de la vida. La estatura
de Adán era mucho mayor que la de los hombres que habitan la tierra
en la actualidad. Eva era algo más baja de estatura que Adán; no
obstante, su figura era noble y llena de belleza. La inmaculada pareja
no llevaba vestiduras artificiales. Estaban rodeados de una envoltura