Página 323 - Historia de los Patriarcas y Profetas (2008)

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El tabernáculo y sus servicios
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tiempo y teniendo un sitio distinto en el santuario celestial, asimismo
el culto simbólico consistía en el servicio diario y el anual, y a cada
uno de ellos se dedicaba una sección del tabernáculo.
Como Cristo, después de su ascensión, compareció ante la pre-
sencia de Dios para ofrecer su sangre en beneficio de los creyentes
arrepentidos, así el sacerdote rociaba en el servicio diario la sangre
del sacrificio en el lugar santo en favor de los pecadores.
Aunque la sangre de Cristo habría de librar al pecador arrepen-
tido de la condenación de la ley, no anulaba el pecado; este queda
registrado en el santuario hasta la expiación final; así en el símbo-
lo, la sangre de la víctima quitaba el pecado del arrepentido, pero
quedaba en el santuario hasta el día de la expiación.
En el gran día del juicio final, los muertos han de ser juzgados
“por las cosas que” están “escritas en los libros, según sus obras”.
Apocalipsis 20:12
. Entonces por el poder de la sangre expiatoria
de Cristo, los pecados de todos los que se hayan arrepentido since-
ramente serán borrados de los libros celestiales. En esta forma el
santuario será liberado, o limpiado, de los registros del pecado. En el
símbolo, esta gran obra de expiación, o el acto de borrar los pecados,
estaba representada por los servicios del día de la expiación, o sea de
la purificación del santuario terrenal, la cual se realizaba en virtud
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de la sangre de la víctima y por la eliminación de los pecados que lo
manchaban.
Así como en la expiación final los pecados de los arrepentidos
han de borrarse de los registros celestiales, para no ser ya recordados,
en el símbolo terrenal eran enviados al desierto y separados para
siempre de la congregación.
Puesto que Satanás es el originador del pecado, el instigador
directo de todos los pecados que causaron la muerte del Hijo de
Dios, la justicia exige que Satanás sufra el castigo final. La obra
de Cristo en favor de la redención del hombre y la purificación del
pecado del universo, será concluida cuando se saque el pecado del
santuario celestial y sea colocado sobre Satanás, quien sufrirá el cas-
tigo final. Así en el servicio simbólico, el ciclo anual del ministerio
se completaba con la purificación del santuario y la confesión de los
pecados sobre la cabeza del macho cabrío de Azazel.
De este modo, en el servicio del tabernáculo, y en el del templo
que posteriormente ocupó su lugar, se enseñaban diariamente al