Página 342 - Historia de los Patriarcas y Profetas (2008)

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Historia de los Patriarcas y Profetas
sacerdotes y los levitas. Más allá de estos acampaban las demás
tribus.
A los levitas se les confiaba el cuidado del tabernáculo y todo
lo que se relacionaba con él, tanto en el campamento como cuando
se viajaba. Cuando se levantaba el campamento para reanudar la
marcha, eran ellos quienes desarmaban la sagrada tienda; y cuando
se llegaba adonde se había de hacer alto, ellos debían levantarla. A
ninguna persona de otra tribu se le permitía acercarse so pena de
muerte. Los levitas estaban repartidos en tres divisiones, descen-
dientes de los tres hijos de Leví, y cada una tenía asignadas su obra
y posición especiales. Frente al tabernáculo, y cercanas a él, estaban
las tiendas de Moisés y Aarón. Al sur estaban los coatitas, que tenían
la obligación de cuidar del arca y del resto del mobiliario; al norte,
estaban los meraritas, quienes tenían a su cargo las columnas, los
zócalos, las tablas, etcétera; atrás estaban los gersonitas a quienes se
les había confiado el cuidado de los velos y del cortinado en general.
La posición de cada tribu también había sido especificada. Cada
uno tenía que marchar y acampar al lado de su propia bandera, tal
como lo había ordenado el Señor: “Los hijos de Israel acamparán
cada uno junto a su bandera, según las enseñas de las casas de sus
padres”; “en el orden en que acamparan, así marchará, cada uno
junto a su bandera”.
Números 2:2, 17
. A la “multitud mixta” que
acompañó a Israel desde Egipto no se le permitió ocupar los mismos
cuarteles que las tribus, sino que debía de habitar en las afueras del
campamento; y sus hijos debían quedar excluidos de la comunidad
hasta la tercera generación.
Deuteronomio 23:7, 8
.
Se mandó que se observara una limpieza escrupulosa así como
también un orden estricto en todo el campamento y sus inmedia-
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ciones. Se impusieron meticulosas medidas sanitarias. La entrada
al campamento estaba prohibida a toda persona que por cualquier
causa sea considerada inmunda. Estas medidas eran indispensables
para conservar la salud de aquella enorme multitud; y era necesario
también que reinara perfecto orden y pureza para que Israel gozará
de la presencia de un Dios santo. Así declaró: “Jehová tu Dios anda
en medio de tu campo, para librarte y entregar tus enemigos delante
de ti; por tanto campamento ha de ser santo”.
Vers. 14
.
En todo el peregrinaje de Israel, “el arca del pacto de Jehová
fue delante de ellos, [...] buscándoles lugar de descanso”.
Números