Página 391 - Historia de los Patriarcas y Profetas (2008)

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El viaje alrededor de Edom
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Si, cuando se los probó, los israelitas hubieran confiado en Dios,
el Capitán de la hueste de Jehová los habría guiado a través de
Edom, y el temor a ellos se habría apoderado de los habitantes de
la tierra, de tal manera que, en vez de manifestarles hostilidad, les
hubieran hecho favores. Pero los israelitas no actuaron según la
palabra de Dios, y mientras se quejaban y murmuraban, pasó la
oportunidad preciosa. Cuando por último estuvieron dispuestos a
presentar su petición al rey, recibieron una negativa. Desde que
salieron de Egipto, Satanás estuvo empeñado en poner obstáculos
y tentaciones en su camino, para que no llegaran a heredar la tierra
de Canaán. Y por su propia incredulidad le habían permitido varias
veces resistir los propósitos de Dios.
Es importante creer en la palabra de Dios y actuar de acuerdo a
ella en seguida, mientras los ángeles están esperando para trabajar en
nuestro favor. Los ángeles malos están siempre listos para impedir
todo paso hacia adelante. Y cuando la providencia de Dios manda
a sus hijos que avancen, cuando él está dispuesto a hacer grandes
cosas para ellos, Satanás los tienta a que desagraden al Señor por su
vacilación y tardanza; trata de encender un espíritu de contienda y
de despertar murmuraciones o incredulidad, a fin de privarlos de las
bendiciones que Dios desea otorgarles. Los siervos de Dios deben
ser como milicianos, siempre dispuestos a avanzar tan pronto como
su providencia les abra el camino. Cualquier tardanza que haya de
su parte da tiempo a que Satanás obre para derrotarlos.
En las instrucciones que se le dieron primeramente a Moisés
tocante al paso de los israelitas por Edom, después de declarar que
los edomitas les tendrían temor, el Señor prohibió a su pueblo que se
valiera de esta ventaja. No debían los hebreos saquear a Edom por
el hecho de que los favorecía el poder de Dios y de que los temores
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de los edomitas hacían de ellos una presa fácil. El mandamiento
que se les dio fue: “Cuando paséis por el territorio de vuestros
hermanos, los hijos de Esaú, que habitan en Seir, ellos tendrán miedo
de vosotros; pero vosotros tened mucho cuidado. No os metáis con
ellos, pues no os daré de su tierra ni aun lo que cubre la planta
de un pie, porque yo he dado como heredad a Esaú los montes
de Seir”.
Deuteronomio 2:4, 5
. Los edomitas eran descendientes
de Abraham e Isaac, y por amor a estos siervos suyos, Dios había
sido favorable a los hijos de Esaú. Les había dado el monte de Seír