Página 428 - Historia de los Patriarcas y Profetas (2008)

Basic HTML Version

424
Historia de los Patriarcas y Profetas
dotados de una conciencia sensible, a la cual habrían horrorizado
tales escenas, se vuelven empedernidos, y se espacian en estas cosas
con ávido interés.
Muchas de las diversiones que son populares en el mundo hoy,
[436]
aun entre aquellos que se llaman cristianos, tienden al mismo fin que
perseguían las de los paganos. Son, en verdad, pocas las diversiones
que Satanás no aprovecha para destruir las almas. Por medio de las
representaciones dramáticas ha obrado durante siglos para excitar
las pasiones y glorificar el vicio. La ópera con sus exhibiciones
fascinadoras y su música embelesadora, las mascaradas, los bailes y
los juegos de naipes, son cosas que Satanás usa para quebrantar los
muros de los sanos principios y abrir la puerta a la sensualidad. En
toda reunión de placer donde se fomente el orgullo o se dé rienda
suelta al apetito, donde se lo induzca a olvidarse de Dios y a perder
de vista los intereses eternos, allí está Satanás rodeando las almas
con sus cadenas.
“Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón -es el consejo del
sabio-; porque de él mana la vida”. “Cual es su pensamiento [del
hombre] en su alma, tal es él”.
Proverbios 4:23
;
23:7
. El corazón
debe ser renovado por la gracia divina, o en vano se buscará pureza
en la vida. El que procura desarrollar un carácter noble y virtuoso,
sin la ayuda de la gracia de Cristo, edifica su casa sobre las arenas
movedizas. La verá derribarse en las fieras tempestades de la tenta-
ción. La oración de David debe ser la petición de toda alma: “Crea
en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro
de mí”.
Salmos 51:10
. Y habiendo sido hechos partícipes del don
celestial, debemos proseguir hacia la perfección, siendo “guardados
por el poder de Dios, mediante la fe”.
1 Pedro 1:5
.
Tenemos, sin embargo, algo que hacer para resistir a la tentación.
Los que no quieren ser víctimas de los ardides de Satanás deben
custodiar cuidadosamente las avenidas del alma; deben abstenerse
de leer, ver u oír cuanto sugiera pensamientos impuros. No se debe
dejar que la mente se espacie al azar en todos los temas que sugiera
el adversario de las almas. Dice el apóstol Pedro: “Por tanto, ceñid
los lomos de vuestro entendimiento, [...] no os conforméis a los
deseos que antes teníais estando en vuestra ignorancia, sino, así
como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros santos
en toda vuestra manera de vivir”.
1 Pedro 1:13-15
. Pablo dice: