Página 508 - Historia de los Patriarcas y Profetas (2008)

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Historia de los Patriarcas y Profetas
La fiesta de las cabañas no era solo una conmemoración, sino
también un tipo o figura. No solamente señalaba algo pasado: la
permanencia en el desierto, sino que, además, como la fiesta de la
mies, celebraba la recolección de los frutos de la tierra, y apuntaba
hacia algo futuro: el gran día de la siega final, cuando el Señor de
la mies mandará a sus segadores a recoger la cizaña en manojos
destinados al fuego y a juntar el trigo en su granero. En aquel tiempo
todos los impíos serán destruidos. “Serán como si no hubieran sido”.
Abdías 16
. Y todas las voces del universo entero se unirán para
elevar alegres alabanzas a Dios. Dice el revelador: “A todo lo creado
que está en el cielo, sobre la tierra, debajo de la tierra y en el mar, y
a todas las cosas que hay en ellos, oí decir: “Al que está sentado en
el trono y al Cordero, sea la alabanza, la honra, la gloria y el poder,
por los siglos de los siglos”.
Apocalipsis 5:13
.
En la fiesta de las cabañas, el pueblo de Dios alababa a Dios
porque recordaba la misericordia que le manifestó al librarlo de la
servidumbre de Egipto, y el tierno cuidado del que fueron objeto
durante su peregrinación en el desierto. Se regocijaba también por
saber que le había perdonado y aceptado gracias al reciente servicio
del día de expiación. Pero cuando los redimidos de Jehová estén a
salvo en la Canaán celestial, para siempre libertados del yugo de la
maldición bajo el cual “toda la creación gime a una, y a una está con
dolores de parto hasta ahora” (
Romanos 8:22
), se regocijarán con
un deleite indecible y glorioso. Entonces habrá concluido la gran
obra expiatoria que Cristo emprendió para redimir a los hombres, y
sus pecados habrán sido borrados para siempre.
“Se alegrarán el desierto y el erial;
la estepa se gozará y florecerá como la rosa.
Florecerá profusamente y también se alegrará y cantará con
júbilo;
la gloria del Líbano le será dada,
la hermosura del Carmelo y de Sarón.
Ellos verán la gloria de Jehová, el esplendor del Dios nuestro.
Entonces los ojos de los ciegos serán abiertos
y destapados los oídos de los sordos.
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Entonces el cojo saltará como un ciervo