Página 537 - Historia de los Patriarcas y Profetas (2008)

Basic HTML Version

El niño Samuel
533
él afirmó sobre ellas el mundo.
Él guarda los pies de sus santos,
mas los impíos perecen en tinieblas;
porque nadie será fuerte por su propia fuerza.
Delante de Jehová serán quebrantados
sus adversarios y sobre ellos tronará desde los cielos.
Jehová juzgará los confines de la tierra,
dará poder a su Rey
y exaltará el poderío de su Ungido””.
Las palabras de Ana eran proféticas, tanto en lo que tocaba
a David, que había de reinar como soberano de Israel, como con
relación al Mesías, el ungido del Señor. Refiriéndose primero a la
jactancia de una mujer insolente y contenciosa, el canto apunta a la
destrucción de los enemigos de Dios y al triunfo final de su pueblo
redimido.
De Silo, Ana regresó tranquilamente a su hogar en Ramá, dejan-
do al niño Samuel para que, bajo la instrucción del sumo sacerdote,
se le educara en el servicio de la casa de Dios. Desde que el niño
diera sus primeras muestras de inteligencia, la madre lo había en-
señado a amar y reverenciar a Dios, y a considerarse a sí mismo
como del Señor. Por medio de todos los objetos familiares que lo
rodeaban, ella había tratado de dirigir sus pensamientos hacia el
Creador. Cuando se separó de su hijo no cesó la solicitud de la
madre fiel por el niño. Era el tema de las oraciones diarias de ella.
Todos los años le hacía con sus propias manos un manto para su
servicio; y cuando subía a Silo a adorar con su marido, entregaba
al niño ese recordatorio de su amor. Mientras la madre tejía cada
una de las fibras de la pequeña prenda rogaba a Dios que su hijo
sea puro, noble, y leal. No pedía para él grandeza terrenal, sino que
solicitaba fervorosamente que pudiera alcanzar la grandeza que el
cielo aprecia, que honrara a Dios y beneficiara a sus conciudadanos.
[557]
¡Cuán grande fue la recompensa de Ana! ¡Y cuánto alienta a ser
fiel el ejemplo de ella! A toda madre se le confían oportunidades
de valor inestimable e intereses infinitamente valiosos. El humilde
conjunto de deberes que las mujeres han llegado a considerar como
una tarea tediosa debe ser mirado como una obra noble y grandiosa.
La madre tiene el privilegio de beneficiar al mundo por su influencia,