Página 543 - Historia de los Patriarcas y Profetas (2008)

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Elí y sus hijos
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. Ya no conocían el gran sacrificio antitípico hacia el cual debían
mirar. “El pecado de estos ayudantes era muy grande ante Jehová”.
Estos sacerdotes infieles violaban también la ley de Dios y des-
honraban su santo cargo por sus prácticas viles y degradantes; pero
continuaban contaminando con su presencia el tabernáculo de Dios.
Mucha gente, llena de indignación por la conducta corrompida de
Ofni y Finees, dejó de subir al lugar indicado para el culto. Así
el servicio que Dios había ordenado fue menospreciado y descui-
dado porque estaba asociado con los pecados de hombres impíos,
mientras que aquellos cuyos corazones se inclinaban hacia el mal se
envalentonaron en el pecado. La impiedad, el libertinaje y hasta la
idolatría prevalecían en forma alarmante.
Elí había cometido un grave error al permitir que sus hijos asu-
mieran los cargos sagrados. Al disculpar la conducta de ellos con
este o aquel pretexto, quedó ciego con respecto a sus pecados; pero
por último llegaron a tal punto que ya no pudo desviar más los ojos
de los delitos de sus hijos. El pueblo se quejaba de sus actos de
violencia, y el sumo sacerdote sintió pesar y angustia. No se atrevió
a callar por más tiempo. Pero sus hijos se habían criado pensando
únicamente en sí mismos, y ahora no respetaban a nadie. Veían la an-
gustia de su padre, pero sus corazones endurecidos no se conmovían.
Oían sus benignas amonestaciones, pero no se dejaban impresionar,
ni quisieron cambiar su mal camino cuando fueron advertidos de
las consecuencias de su pecado. Si Elí hubiera tratado con justicia
a sus hijos impíos, habrían sido destituidos del sacerdocio y cas-
tigados con la muerte. Temiendo deshonrarlos así públicamente y
condenarlos, los mantuvo en los puestos más sagrados y de más
responsabilidad. Siguió permitiéndoles que mezclaran su corrupción
con el santo servicio de Dios, y que infligieran a la causa de la verdad
un perjuicio que muchos años no podrían borrar. Pero cuando el juez
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de Israel descuidó su obra, Dios se hizo cargo de la situación.
“Vino un varón de Dios ante Elí, y le dijo: “Así ha dicho Jehová:
‘¿No me manifesté yo claramente a la casa de tu padre cuando
estaban en Egipto en la casa del faraón? Lo escogí para que fuera mi
sacerdote entre todas las tribus de Israel, para que ofreciera sobre mi
altar, quemara incienso y llevara efod delante de mí. Yo concedí a la
casa de tu padre todas las ofrendas de los hijos de Israel. ¿Por qué
habéis pisoteado los sacrificios y las ofrendas que yo mandé ofrecer