Página 546 - Historia de los Patriarcas y Profetas (2008)

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Historia de los Patriarcas y Profetas
fueron designados maestros del pueblo. Cuando estos no gobiernan
sus propias casas, desvían por su mal ejemplo a muchos del buen
camino. Su culpabilidad es tanto mayor que la de los demás cuanto
mayor es la responsabilidad de su cargo.
Se había prometido que la casa de Aarón andaría siempre delante
de Dios; pero esta promesa se había hecho a condición de que los
miembros de la tal casa se dedicaran a la obra del santuario con
corazón sincero y honraran a Dios en toda forma, no sirviéndose a sí
mismos ni siguiendo sus propias inclinaciones perversas. Elí y sus
hijos habían sido probados, y el Señor los había hallado enteramente
indignos del elevado cargo de sacerdotes en su servicio. Así que
Dios declaró: “Nunca yo tal haga”. No podía hacer en su favor el
bien que quería hacerles, porque ellos no habían hecho su parte.
El ejemplo que deben dar los que sirven en las cosas santas debe
ser de tal carácter que induzca al pueblo a reverenciar a Dios y a
temer ofenderlo. Cuando los hombres que actúan como “en nombre
de Cristo” (
2 Corintios 5:20
), para proclamar al pueblo el mensaje
divino de misericordia y reconciliación, usan su sagrada vocación
como un disfraz para satisfacer sus deseos egoístas o sensuales, se
convierten en los agentes más eficaces de Satanás. Como Ofni y
Finees, inducen al pueblo a aborrecer el sacrificio a Jehová. Puede
ser que se entreguen secretamente a su mala conducta por algún
tiempo; pero cuando finalmente se revela su verdadero carácter, la fe
del pueblo recibe un golpe que a menudo resulta en la destrucción de
toda fe en la religión. Queda en su mente desconfianza hacia todos
los que profesan enseñar la palabra de Dios. Reciben con dudas el
mensaje del siervo verdadero de Cristo. Se preguntan constantemen-
te: “¿No será este hombre como aquel que creíamos tan santo y que
resultó tan corrupto?” Así pierde la palabra de Dios todo su poder
sobre las almas de los hombres.
En la reprensión que dirigió Elí a sus hijos, hay palabras de
significado solemne y terrible, palabras que deben pesar todos los
que sirven en las cosas sagradas: “Si el hombre peca contra el
hombre, los jueces le juzgarán; pero si alguno peca contra Jehová,
¿quién rogará por él?” Si los delitos de ellos hubieran perjudicado tan
solo a sus semejantes, el juez podría haber hecho una reconciliación
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señalando una pena y requiriendo la restitución correspondiente;
y los culpables podrían haber sido perdonados. O si su pecado no