Página 63 - Historia de los Patriarcas y Profetas (2008)

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Set y Enoc
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barbarie. Los hombres tuvieron oportunidad de alcanzar un alto
desarrollo moral e intelectual. Poseían gran fuerza física y mental, y
sus ventajas para adquirir conocimientos religiosos y científicos eran
incomparables. Es un error suponer que porque vivían muchos años,
sus mentes alcanzaban tarde su madurez: sus facultades mentales
se desarrollaban temprano y los que abrigaban el temor de Dios
y vivían en armonía con su voluntad, continuaban aumentando en
conocimiento y en sabiduría durante toda su vida.
Si pudieran compararse con los antediluvianos de la misma edad,
los más ilustres eruditos de nuestros tiempos parecerían muy inferio-
res en desarrollo mental y físico. A medida que se acortó la vida del
hombre y disminuyó su vigor físico, también se aminoró su capaci-
dad mental. Hoy día hay hombres que dedican al estudio un período
de veinte a cincuenta años, y el mundo se llena de admiración por
sus éxitos. Pero ¡qué limitados son estos triunfos cuando se com-
paran con los de aquellos hombres cuyo vigor físico y mental se
desarrollaba durante siglos!
Es verdad que los hombres de los tiempos modernos tienen el
beneficio del conocimiento alcanzado por sus predecesores. Los
genios que proyectaron, estudiaron y escribieron, han legado sus
trabajos a quienes les han seguido. Pero aun en este respecto, y en
lo que concierne meramente a los conocimientos humanos, ¡cuán
superiores fueron las ventajas de los hombres de aquella edad an-
tigua! Tuvieron entre ellos durante siglos a aquel que Dios había
formado según su propia imagen, a quien el Creador mismo declaró
“bueno”, el hombre a quien Dios había instruído en toda sabiduría
del mundo material. Adán había aprendido del Creador la historia
de la creación; él mismo había presenciado los acontecimientos de
nueve siglos; y comunicó sus conocimientos a sus descendientes.
Los antediluvianos no tenían libros ni anales escritos; pero con su
gran vigor mental y físico disponían de una memoria poderosa, que
les permitía comprender y retener lo que se les comunicaba, para
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transmitirlo después con toda precisión a sus descendientes. Durante
varios siglos hubo siete generaciones que vivieron contemporánea-
mente, y tuvieron la oportunidad de consultarse para aprovechar
cada una los conocimientos y la experiencia de las demás.
Las ventajas que gozaron los hombres de aquellos tiempos para
obtener un conocimiento de Dios por el estudio de su obra, no han