Página 666 - Historia de los Patriarcas y Profetas (2008)

Basic HTML Version

662
Historia de los Patriarcas y Profetas
arca de la casa de Abinadab y se la puso sobre una carreta nueva
tirada por bueyes, y acompañada por dos de los hijos de Abinadab.
Los hombres de Israel la seguían, con palabras de alabanza y
de regocijo, y con cantos de júbilo, pues era una gran multitud de
voces la que se unía a la melodía y el sonido de los instrumentos
musicales. “Así David y toda la casa de Israel llevaban el arca de
Jehová con júbilo y sonido de trompeta”. Véase
2 Samuel 6
. Hacía
mucho que Israel no presenciaba semejante escena de triunfo. Con
solemne regocijo, la enorme procesión iba serpenteando entre las
colinas y los valles, hacia la ciudad santa.
Pero “cuando llegaron a la era de Nacón, Uza extendió su mano
hacia el Arca de Dios y la sostuvo, pues los bueyes tropezaban.
Entonces el furor de Jehová se encendió contra Uza: allí mismo lo
hirió Dios por aquella temeridad, y cayó allí muerto junto al Arca
de Dios”.
2 Samuel 6:6, 7
.
Un temor repentino se apoderó de la regocijada multitud. David
se asombró y alarmó, y en su corazón puso en tela de juicio la justicia
de Dios. Él procuraba honrar el arca como símbolo de la presencia
divina. ¿Por qué, entonces, se había mandado aquel terrible castigo
para que cambiara la escena de alegría en una ocasión de dolor y
luto? Creyendo que sería peligroso tener el arca cerca de sí mismo,
David resolvió dejarla donde estaba. Se encontró un lugar en las
cercanías, en la casa del geteo Obed-edom.
La suerte de Uza fue un castigo divino por la violación de un
mandamiento muy explícito. Por medio de Moisés el Señor había
dado instrucciones especiales acerca de cómo transportar el arca.
Únicamente los sacerdotes, descendientes de Aarón, podían tocarla,
o aun mirarla descubierta. El mandamiento divino era el siguiente:
“Vendrán [...] los hijos de Coat para conducir: mas no tocarán cosa
santa, que morirán”.
Números 4:15
. Los sacerdotes debían cubrir
el arca, y luego los coatitas debían levantarla mediante los palos
[696]
que pasaban por los anillos de cada lado del arca, y que nunca se
quitaban. A los hijos de Gersón y de Merari, que tenían a su cargo
las cortinas y las tablas y los pilares del tabernáculo, Moisés les
dio carretas y bueyes para que transportaran en éstas lo que se les
había encomendado a ellos. “Pero a los hijos de Coat no les dio,
porque tenían que llevar sobre sus hombros los objetos más santos”.