Página 69 - Historia de los Patriarcas y Profetas (2008)

Basic HTML Version

Set y Enoc
65
la tentación y llegar a ser puros y santos. Vieron en su ejemplo
la bienaventuranza de esa vida; y su traslación fue una evidencia
de la veracidad de su profecía acerca del porvenir que traerá un
galardón de felicidad, gloria y vida eterna para los obedientes, y de
condenación, pesar y muerte para el transgresor.
[68]
“Por la fe Enoc fue traspuesto para no ver muerte, y no fue
hallado, porque lo traspuso Dios; y antes que fuera traspuesto, tuvo
testimonio de haber agradado a Dios”.
Hebreos 11:5
. En medio de
un mundo condenado a la destrucción por su iniquidad, Enoc pasó
su vida en tan íntima comunión con Dios, que no se le permitió
caer bajo el poder de la muerte. El piadoso carácter de este profeta
representa el estado de santidad que deben alcanzar todos los que
serán “redimidos de entre los de la tierra” (véase
Apocalipsis 14:3
)
en el tiempo de la segunda venida de Cristo. En ese entonces, así
como en el mundo antediluviano, prevalecerá la iniquidad. Siguiendo
los impulsos de su corrupto corazón y las enseñanzas de una filosofía
engañosa, el hombre se rebelará contra la autoridad del cielo. Pero,
así como Enoc, el pueblo de Dios buscará la pureza de corazón y
la conformidad con la voluntad de su Señor, hasta que refleje la
imagen de Cristo. Tal como lo hizo Enoc, anunciarán al mundo la
segunda venida del Señor, y los juicios que merecerá la transgresión;
y mediante su conversación y ejemplo santos condenarán los pecados
de los impíos.
Así como Enoc fue trasladado al cielo antes de la destrucción del
mundo por el diluvio, así también los justos vivos serán trasladados
de la tierra antes de la destrucción por el fuego. Dice el apóstol:
“El Señor mismo, con voz de mando, con voz de arcángel y con
trompeta de Dios, descenderá del cielo. Entonces, los muertos en
Cristo resucitarán primero. Luego nosotros, los que vivimos, los que
hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las
nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el
Señor. Por tanto, alentaos los unos a los otros con estas palabras”.
“Os digo un misterio: No todos moriremos; pero todos seremos
transformados, en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la
final trompeta, porque se tocará la trompeta, y los muertos serán
resucitados incorruptibles y nosotros seremos transformados”.
1
Corintios 15:51, 52
;
1 Tesalonicenses 4:16-18
.
[69]