Página 705 - Historia de los Patriarcas y Profetas (2008)

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La rebelión de Absalón
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avanzaban más como quienes hubiesen sufrido una derrota que como
vencedores. Porque el rey no los esperaba para darles la bienvenida,
sino que se oía desde la cámara de sobre la puerta su llanto lastimero:
“¡Hijo mío Absalón, hijo mío, hijo mío Absalón! ¡Quién me diera
haber muerto en tu lugar, Absalón, hijo mío, hijo mío!”.
“Y se convirtió aquel día la victoria en luto para todo el pueblo;
porque aquel día oyó decir el pueblo que el rey estaba afligido por su
hijo. Y entró el pueblo aquel día en la ciudad escondiéndose, como
suele entrar a escondidas el pueblo avergonzado que ha huido de la
batalla”.
2 Samuel 19:2, 3
.
Joab se llenó de indignación. Dios les había dado nuevo motivo
de triunfo y alegría; la rebelión más grande que jamás se hubiera
visto en Israel había sido deshecha; y sin embargo, esta gran victoria
era transformada en luto en honor de aquel cuyo crimen había costa-
do la sangre de miles de hombres valientes. El rudo y brusco capitán
se abrió paso hasta la presencia del rey y atrevidamente le dijo:
“Hoy has cubierto de vergüenza el rostro de todos tus siervos,
que hoy han librado tu vida, la vida de tus hijos y de tus hijas, la vida
de tus mujeres y de tus concubinas, amando a los que te aborrecen y
aborreciendo a los que te aman; porque hoy has declarado que nada
te importan tus príncipes y siervos; hoy me has hecho ver claramente
que si Absalón viviera, aunque todos nosotros estuviéramos muer-
tos, entonces estarías contento. Levántate pues, ahora, sal y habla
bondadosamente a tus siervos; juro por Jehová que si no sales, no
quedará ni un hombre contigo esta noche; y esto será peor para ti
que todos los males que te han sobrevenido desde tu juventud hasta
ahora”.
A pesar de que este reproche era duro y cruel para el rey de
corazón quebrantado, David no se resintió por él. Viendo que su
general estaba en lo justo, bajó y fue a la puerta, y con palabras de
aliento y elogio saludó a sus valientes soldados mientras pasaban
frente a él.
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