Página 707 - Historia de los Patriarcas y Profetas (2008)

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Los últimos años de David
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ambición de grandeza terrenal. Como pueblo de Jehová, Israel había
de recibir honores; pero a medida que aumentaron su orgullo y
confianza en sí mismos, los israelitas no se conformaron con esa
preeminencia. Se preocupaban más por su posición entre las otras
naciones. Este espíritu no podía menos que atraer tentaciones.
Con el objeto de extender sus conquistas entre las naciones
extranjeras, David decidió aumentar su ejército y requerir servicio
militar de todos los que tengan edad apropiada. Para llevar a cabo
este proyecto, fue necesario hacer un censo de la población. El
orgullo y la ambición motivaron esta acción del rey. El censo del
pueblo revelaría el contraste que había entre la debilidad del reino
cuando David ascendió al trono y su fortaleza y prosperidad bajo su
gobierno. Esto tendería aun más a fomentar la ya excesiva confianza
en sí que sentían tanto el rey como el pueblo. Las Escrituras dicen:
“Se levantó Satanás contra Israel e incitó a David a que hiciera censo
del pueblo”. Véase
1 Crónicas 21
. La prosperidad de Israel bajo el
gobierno de David se debía más a la bendición de Dios que a la
capacidad de su rey o a la fortaleza de su ejército. Pero el aumento
de las fuerzas militares del reino daría a las naciones vecinas la
impresión de que Israel confiaba en sus ejércitos, y no en el poder
de Jehová.
Aunque el pueblo de Israel sentía orgullo de su grandeza na-
cional, no vio con buenos ojos el proyecto de David de extender
tanto el servicio militar. La leva propuesta causó mucho descontento;
en consecuencia se creyó necesario emplear los oficiales militares
en lugar de los sacerdotes y magistrados que anteriormente habían
tomado el censo. El objeto de esta empresa era directamente con-
trario a los principios de la teocracia. Aun Joab protestó a pesar
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de que hasta entonces se había mostrado sin escrúpulos. Dijo él:
“¡Que Jehová añada a su pueblo cien veces más de lo que es, rey,
señor mío!; ¿acaso no son todos ellos siervos de mi señor? ¿Para
qué procura mi señor esto, que traerá pecado sobre Israel? Pero la
orden del rey pudo más que Joab. Salió, por tanto, Joab y recorrió
todo Israel; entonces volvió a Jerusalén”.
Aun no se había terminado el censo, cuando David se convenció
de su pecado. Condenándose a sí mismo, dijo: “He pecado grave-
mente al hacer esto; te ruego que quites la maldad de tu siervo, pues
he actuado muy locamente”.