Página 721 - Historia de los Patriarcas y Profetas (2008)

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Apéndice
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y, como una maldición entenebrecedora, devoraban y destruían los
frutos de los campos y el verdor de los bosques. A la orden de Moi-
sés vinieron estos terribles insectos, y solo se retiraron cuando el
mismo Moisés se lo ordenó. Así se hizo manifiesta la impotencia
de Serapis, y se les enseñó a los idólatras cuán insensato y fútil era
confiar en otra protección que la de Jehová, Dios de Israel.
”El octavo milagro y el décimo iban dirigidos contra la adoración de
Isis y Osiris, a quienes, juntamente con el río Nilo, ponían en primer
lugar en la larga serie de sus dioses
Estos ídolos eran originalmente
los que representaban el sol y la luna; se creía que dominaban la luz
y los elementos; y su culto predominaba en
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alguna forma entre todas las naciones más antiguas. Los milagros
que iban dirigidos contra el culto de Isis y Osiris debieron hacer una
profunda impresión tanto en los israelitas como en los egipcios. En
un país donde llueve muy rara vez, donde la atmósfera está siempre
en calma y los astros brillan cada noche, ¡cuán grande debió ser el
terror que se apoderó de todos durante la rebelión de los elementos
que se menciona en los anales hebreos; en ese largo plazo de tres
días y tres noches cuando la lobreguez de las densas tinieblas se
extendía como paño mortuorio sobre toda la tierra! Jehová de los
ejércitos ordenó a la naturaleza que lo proclamara Dios verdadero;
el Dios de Israel confirmó su supremacía y ejerció su poder para
envilecer los ídolos, destruir la idolatría y librar a los descendientes
de Abraham de la tierra de su esclavitud.
”Habiéndose revelado así el Todopoderoso como el Dios verdadero,
gracias a su intervención milagrosa, después de continuar ejerciendo
su poder en las medidas adaptadas a destruir las distintas formas
de idolatría que existían en Egipto, el undécimo y último milagro
fue un castigo encaminado a manifestar a todos los intelectos que
Jehová era el Dios que ejecuta juicios en la tierra”.
Nota 6. Pág. 254. En
Génesis 15:13
leemos que el Señor dijo a
Abraham: “Ten por cierto que tu simiente será peregrina en tierra no
suya, y servirá a los de allí, y serán por ellos afligidos cuatrocientos
años”.
Éxodo 12:40
dice: “El tiempo que los hijos de Israel habi-
taron en Egipto, fue cuatrocientos y treinta años”. Pero Pablo, en
Dos milagros fueron hechos contra el culto del Nilo y otros dos contra Isis y Osiris
porque se los tenía por los dioses supremos. Muchos ponían al Nilo en primer lugar,
porque decían que tenía poder para regar a Egipto sin intervención de los elementos.