Página 152 - Historia de los Patriarcas y Profetas (1954)

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Historia de los Patriarcas y Profetas
de su madre Sara, y tomó a Rebeca por mujer; y amóla: y consolóse
Isaac después de la muerte de su madre.”
Abrahán había notado los resultados que desde los días de Caín
hasta su propio tiempo dieran los casamientos entre los que temían
a Dios y los que no le temían. Tenía ante los ojos las consecuencias
de su propio matrimonio con Agar y las de los lazos matrimoniales
de Ismael y de Lot. La falta de fe de Abrahán y de Sara había dado
lugar al nacimiento de Ismael, mezcla de la simiente justa con la
impía. La influencia del padre sobre su hijo era contrarrestada por
la de los idólatras parientes de su madre, y por la unión de Ismael
con mujeres paganas. Los celos de Agar y de las esposas que ella
había elegido para Ismael, rodeaban a su familia de una barrera que
Abrahán trató en vano de romper.
Las anteriores enseñanzas de Abrahán no habían quedado sin
efecto sobre Ismael, pero la influencia de sus esposas determinó la
introducción de la idolatría en su familia. Separado de su padre, e
irritado por las riñas y discordias de su familia destituída del amor y
del temor de Dios, Ismael fué incitado a escoger la vida de salvaje
merodeo como jefe del desierto, y fué “su mano contra todos, y
las manos de todos contra él.”
Génesis 16:12
. En sus últimos días
[172]
se arrepintió de sus malos caminos, y volvió al Dios de su padre,
pero quedó el sello del carácter que había legado a su posteridad.
La nación poderosa que descendió de él, fué un pueblo turbulento y
pagano, que de continuo afligió a los descendientes de Isaac.
La esposa de Lot era una mujer egoísta e irreligiosa, que ejerció
su influencia para separar a su marido de Abrahán. Si no hubiera
sido por ella, Lot no habría quedado en Sodoma, privado de los
consejos del sabio y piadoso patriarca. La influencia de su esposa y
las amistades que tuvo en esa ciudad impía, le habrían inducido a
apostatar de Dios, de no haber sido por la instrucción fiel que antes
había recibido de Abrahán. El casamiento de Lot y su decisión de
residir en Sodoma iniciaron una serie de sucesos cargados de males
para el mundo a través de muchas generaciones.
Nadie que tema a Dios puede unirse sin peligro con quien no le
teme. “¿Andarán dos juntos, si no estuvieren de concierto?”
Amós
3:3
. La felicidad y la prosperidad del matrimonio dependen de la
unidad que haya entre los esposos; pero entre el creyente y el incré-
dulo hay una diferencia radical de gustos, inclinaciones y propósitos.