Página 393 - Historia de los Patriarcas y Profetas (1954)

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El viaje alrededor de Edom
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hecho favores. Pero los israelitas no obraron inmediatamente según
la palabra de Dios, y mientras se quejaban y murmuraban, pasó
la oportunidad preciosa. Cuando por último estuvieron dispuestos
a presentar su petición al rey, recibieron una negativa. Desde que
salieron de Egipto, Satanás estuvo empeñado en poner obstáculos
y tentaciones en su camino, para que no llegaran a heredar la tierra
de Canaán. Y por su propia incredulidad le habían permitido varias
veces que resistiese a los propósitos de Dios.
Es importante creer en la palabra de Dios y actuar de acuerdo a
ella en seguida, mientras los ángeles están esperando para obrar en
nuestro favor. Los ángeles malos están siempre listos para disputar
todo paso hacia adelante. Y cuando la providencia de Dios manda
a sus hijos que avancen, cuando él está dispuesto a hacer grandes
cosas para ellos, Satanás los tienta a que desagraden al Señor por su
vacilación y tardanza; trata de encender un espíritu de contienda y
de despertar murmuraciones o incredulidad, a fin de privarlos de las
bendiciones que Dios desea otorgarles. Los siervos de Dios deben
ser como milicianos, siempre dispuestos a avanzar tan pronto como
su providencia les abra el camino. Cualquier tardanza que haya de
su parte da tiempo a que Satanás obre para derrotarlos.
En las instrucciones que se le dieron primeramente a Moisés
tocante al paso de los israelitas por Edom, después de declarar que
los edomitas les tendrían temor, el Señor prohibió a su pueblo que se
valiera de esta ventaja. No debían los hebreos saquear a Edom por el
hecho de que los favorecía el poder de Dios y de que los temores de
los edomitas hacían de ellos una presa fácil. El mandamiento que se
les dió fué: “Vosotros guardaos mucho: no os metáis con ellos; que
no os daré de su tierra ni aun la holladura de la planta de un pie; por-
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que yo he dado por heredad a Esaú el monte de Seír.”
Deuteronomio
2:4, 5
. Los edomitas eran descendientes de Abrahán e Isaac, y por
amor a estos siervos suyos, Dios había sido favorable a los hijos de
Esaú. Les había dado el monte de Seír como posesión, y no se los
había de perturbar a menos que por sus pecados se colocaran fuera
del alcance de su misericordia. Los hebreos habían de desposeer y
destruir totalmente a los habitantes de Canaán, que habían colmado
la medida de sus iniquidades; pero los edomitas vivían todavía su
tiempo de gracia, por lo cual debían ser tratados misericordiosamen-
te. Dios se complace en la misericordia y manifiesta su compasión